El primer jefe del servicio de cirugía cardíaca del Hospital Marqués de Valdecilla y su fundador fue el cirujano cardíaco Carlos Gómez Durán. Junto a él, se dieron los primeros pasos de aquel servicio todavía muy joven, donde todo estaba por hacer, y se fueron sentando las bases de la cirugía cardíaca en el país.
En aquel primer núcleo al que me incorporé en 1975 -el servicio se abrió en 1974- y fui médico adjunto del Servicio desde 1978 a 1987, el núcleo duro de cirujanos cardíacos éramos José Antonio Gutiérrez, José Luis Vega y Manuel Carrión. Años después fueron llegando compañeros como José Manuel Revuelta y Francisco Nistal, entre otros. En 1976, con más empeño que medios materiales, conseguimos abrir el primer quirófano experimental de cirugía cardíaca de Valdecilla, el doctor José Luis Pomar y un servidor.
La primera cirugía que se realizó desde el servicio de cirugía cardiovascular del Hospital Marqués de Valdecilla fue un marcapasos. Aunque hoy puede parecer un procedimiento sencillo, entonces todo lo que concernía a la cirugía de corazón suponía un reto. Pero avanzábamos muy rápido y pronto el servicio fue pionero en la realización de trasplantes de corazón. Recuerdo aquellas madrugadas que salíamos corriendo para ir a buscar un corazón a Valencia o donde fuera posible… y el juez -a quien despertábamos con nuestras llamadas de madrugada- se enfadaba porque le despertáramos a esas horas intempestivas para obtener su autorización.
Hoy os reiréis, pero en aquellos tiempos, descartábamos operar a corazón abierto a cualquier paciente cuya edad superara los 65 años. Y hoy, en cambio, la edad media de los pacientes que operamos es de 80 años.
Gómez Durán jugó un papel esencial en la configuración de un servicio que, desde sus inicios, se propuso estar a la vanguardia de la cirugía cardíaca. Su liderazgo y su capacidad para enfrentar desafíos complejos en una época en la que los recursos y la tecnología eran limitados, lo convirtieron en una figura emblemática. Personalmente, fue un mentor inspirador.
En 1980 tuve la oportunidad de trasladarme a hacer investigación en prótesis valvulares cardíacas al hospital Albert Einstein de Nueva York. Aquel impulso me permitió volver a Valdecilla con más ganas de seguir investigando y mejorando nuestros resultados quirúrgicos. Desde entonces siempre he intentado compatibilizar la labor asistencial con la investigación, con la suerte de que hemos asistido a una evolución extraordinaria de nuestra especialidad.
Los avances en la cirugía cardíaca en los últimos 50 años han sido exponenciales. Procedimientos que antes se consideraban imposibles son ahora rutina, y la tasa de éxito de las cirugías ha mejorado significativamente. El Hospital Marqués de Valdecilla ha sido parte integral de estos avances. Después de toda una vida personal y profesional dedicada a la cirugía cardíaca, tras haber operado a miles de pacientes a corazón abierto, recuerdo aquellos años con la pasión de los comienzos, porque fueron los inicios de una carrera larga y de una lucha por la investigación en una especialidad que todavía estaba empezando en el mundo.
Fuimos pioneros y visionarios, y entendimos la importancia de la colaboración interdisciplinaria con otros servicios también emergentes, como el servicio de Hemodinámica del Hospital Marqués de Valdecilla. Este servicio se convirtió en un referente en la cardiología intervencionista de nuestro país, ya que realizaron la primera angioplastia que se realizó en España, bajo la dirección del fundador y alma mater del servicio, el doctor José Luis Martínez de Ubago, un referente en la historia de la sanidad en España y un compañero profesional y amigo entrañable. Qué estas líneas sirvan para rendirles mi humilde homenaje a todos ellos y a aquel modelo de colaboración que sigue siendo un pilar fundamental en nuestra especialidad, la hemodinámica y la cirugía cardíaca trabajando en equipo.
Felicidades a todos los que pudisteis vivirlo y a los que hoy seguís en este apasionante camino.