La Sala de Exposiciones de la Casa de Cultura de Fuensalida (Toledo) se ha convertido en el epicentro de la memoria histórica con la acogida de la exposición ‘La voz de las manos blancas’. La inauguración de esta muestra, que permanecerá abierta al público hasta el 13 de abril, contó con la presencia de la presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, María del Mar Blanco, una figura emblemática en la lucha contra el terrorismo de ETA y la defensa de las víctimas.
En el evento, el alcalde de Fuensalida, José Jaime Alonso, reforzó la necesidad de mantener viva la memoria de la lucha contra ETA, destacando que el recuerdo de las víctimas, como Miguel Ángel Blanco, no debe verse oscurecido por «pactos políticos que buscan el poder por el poder». Hizo hincapié en que no se debe olvidar a las 854 personas que fueron cruelmente asesinadas por la organización terrorista, subrayando la preocupación por el papel actual que los herederos de ETA están desempeñando en la política española, algunos de ellos considerados «socios preferentes» para el Gobierno de España.
Alonso recordó el impacto nacional que tuvo el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco en julio de 1997, un hecho que movilizó las conciencias de los españoles y originó un masivo movimiento cívico en contra del terrorismo. Este evento, que marcó un antes y después en la lucha contra ETA, fue reconocido como una movilización ciudadana sin precedentes en España.
El alcalde resaltó el ‘Espíritu de Ermua’ como una victoria de la dignidad y la moral sobre el miedo y el terror, subrayando su importancia como manifestación de la conciencia colectiva de la nación. En su discurso, Alonso hizo un llamado a la sociedad para que las nuevas generaciones no olviden los acontecimientos que marcaron esos días de la historia de España, recordando que no hace mucho tiempo, personas inocentes fueron asesinadas en el país simplemente por defender los valores de libertad y democracia.
La exposición ‘La voz de las manos blancas’ se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre el pasado reciente de España y rendir homenaje a quienes sufrieron la violencia de ETA, manteniendo viva la memoria y reafirmando el compromiso con la paz y la justicia.