Entrevistamos a María Ángeles Castellanos, coordinadora de los Servicios Sociales de Atención Primaria del Ayuntamiento de Miguelturra.
Nuestro interés es trasladar a la ciudadanía cómo este servicio considerado esencial, ha permanecido y permanece al lado de todas las personas que de una u otra manera han necesitado de alguna de las atenciones que allí se prestan, que son muchas; pues desde que comenzó la crisis de la pandemia, en marzo de 2020, es uno de los servicios municipales que más ha tenido que adaptarse a una nueva forma de trabajar.
María Ángeles, nos gustaría enfocar esta charla desde el momento inicia, la evolución y la adaptación que habéis tenido que hacer así como también recordar momentos difíciles o anecdóticos:
«Si nos remontamos a marzo, en concreto a la semana del 16, dado que apenas teníamos información, a la gente le daba miedo venir y a nosotras nos daba miedo atender, coger papeles, tocar documentos, etcétera, lo cual supone nuestro día a día. Hasta ese momento éramos 10 profesionales atendiendo de forma presencial y diaria a más de 30 personas bajo cita a lo que había que añadir las que se acercaban a la planta segunda donde estamos ubicadas sin cita previa y que esperaban en el pasillo de la misma para solicitar información, ayudas, etcétera, todo eso cambió de un día para otro.»
Además como sigue describiendo María Ángeles:
«los servicios sociales son esenciales, lo que supuso que en ningún momento se plantease la posibilidad de cerrar este servicio ni un solo día, claro que, al principio se pensaba que esta situación iba a ser algo más puntual, de hecho la primera reorganización que se hizo del servicio formado como he dicho por 10 profesionales: 6 trabajadoras sociales entre las que me incluyo, una educadora social, una animadora social, una psicóloga y una administrativa con tareas muy bien diferenciadas dependiendo de las responsabilidades en las que cada una se mueva, como decía, dicha reorganización se hizo de una forma rápida y provisional con el fin de atender a la mayor cantidad de personas posibles, siempre desde el punto de vista de no perder ni un ápice de calidad en la atención, pero nadie estábamos preparadas para que esa situación se alargara de la manera en que sucedió, lo que nos obligó de nuevo a reinventarnos».
Los comienzos entonces fueron duros:
«Si, la realidad es que los comienzos fueron duros, carecíamos de medios, de EPIS, de mamparas de protección y creíamos que sería algo pasajero, pero lo cierto es que la gente llamaba desde el primer día para pedir información que no teníamos. Si miramos hacia atrás, el recuerdo es muy oscuro, era una constante lluvia de llamadas y era frustrante porque no teníamos salidas para las demandas que se nos planteaban. Por concretar algo, el primer día que se anuncian los ERTES o los despidos supuso un incremento de trabajo y una demanda del 200 por 100, a los servicios de una manera inmediata».
«Pero poco a poco, continúa explicando la coordinadora, empezamos a establecer una nueva normalidad cambiando la manera de trabajar. En primer lugar, se estableció el teletrabajo común, a través de un cuadrante que instauraba quién teletrabajaba y quién acudía al centro. Ya no teníamos cada una nuestras funciones con tareas diferenciadas, se convirtió en un trabajo más grupal, por ejemplo la que acudía de manera presencial también atendía todas las llamadas, por tanto, reorganizamos el funcionamiento de manera que esa recepción de llamadas que llegaba se distribuía entre las trabajadoras sociales, quienes posteriormente devolvían la llamada al usuario para analizar trámites, recursos, documentación etc. Tuvimos que adaptarnos a un sistema distinto de guardar y archivar la documentación, con carpetas compartidas para que todas pudiéramos tener acceso a todo y creamos un grupo de WhatsApp de trabajo con todo el equipo. Fue un trabajo muy laborioso pero al final, y en menos tiempo del esperado, nos adaptamos a la nueva forma de trabajar».
Cómo influyeron estos cambios en la ciudadanía:
«Claro, esa es la otra parte, el usuario se tuvo que adaptar igualmente, ya que muchos de ellos no estaban acostumbrados a trabajar de forma digital. Hay que tener en cuenta que trabajamos con un porcentaje de gente mayor que no tiene acceso a las nuevas tecnologías, y la gente más joven, aunque pueda conocer el manejo, lo que no tiene son recursos, como wifi, ordenadores, acceso a datos e incluso ni a llamadas. El esfuerzo que ha hecho esta gente para proporcionarnos lo que necesitábamos, y así poder ayudarles en algunos trámites, a veces no podíamos ni creerlo. De esta necesidad nos surgió también la idea a través de un móvil que nos proporcionó el ayuntamiento de crear un grupo de trabajo con los usuarios donde ellos nos mandaban las imágenes de la documentación y también para comunicar información sobre ayudas, plazos, etcétera, al final ha sido un proceso laborioso para todos».
Cómo veis ahora la situación:
«Ahora, aunque la situación sigue siendo muy difícil y el aumento de casos se ha vuelto a notar, estamos más preparadas, nos hemos vuelto a reorganizar por especialidades y podemos atender más casos de manera presencial pues tenemos geles, mamparas, mascarillas y también disponemos de mascarillas para los usuarios en caso de necesidad, eso sí, siempre bajo cita previa y garantizando todas las medidas de seguridad y sanitarias, por y para ello disponemos de un punto de higiene a la entrada del edificio atendido por una ordenanza y en ocasiones cuando hace falta otro personal del centro como las compañeras auxiliares del sed y el compañero de lavandería….porque aquí lo importante es atender a la ciudadanía con toda la seguridad».
Qué conclusiones sacas:
«Pues la realidad es que ahora, mirando hacia atrás, hemos aprendido muchísimo, hemos pasado miedo, hemos visto como los usuarios pasaban miedo, les hemos ayudado a sobrellevarlo y hemos sacado nuestro lado más positivo. También hemos visto que se puede trabajar de otra manera y creo que nos hemos crecido ante la adversidad y ha crecido el respeto y el amor por nuestro trabajo».
«Si quiero buscar algo positivo a esta situación sería el aprendizaje diario de una nueva forma de trabajar que nos ha sorprendido para bien y para quedarse».
Por último, María Ángeles Castellanos, ha querido dar las gracias a sus compañeras y a la concejala del Área, María Velasco:
«un agradecimiento sincero ya que todas han estado y han sumado en esta situación».