Viajar en general, y hacerlo solo, en particular es la mejor inversión en uno mismo y un auténtico antídoto contra la desinformación.
En tiempos donde la información negativa sobre viajes abunda en los medios de comunicación, quizá por esa necesidad de control, sumisión y nulidad de pensamiento libre, es fundamental destacar los múltiples beneficios que aporta viajar a nivel personal, social y laboral. Viajar solo, además, pone un contrapunto adicional que potencia y fomenta la independencia, las relaciones personales y desmarca de la mediocridad o la comodidad.
Son innumerables los estudios científicos que demuestran que viajar es saludable tanto para el cuerpo como para la mente. Universidades de todo el mundo y especialistas en Psicología, Cardiología y ciencias de la salud, Escuelas de negocio, Turismo, Sociología, etc. lo reafirman con cada estudio. Igualmente las empresas sondean los beneficios de las actividades que se relacionan con sus líneas de negocio. El informe realizado por Booking.com, llega a decir que «el secreto de la felicidad no es casarse o tener un hijo, sino viajar». Quizá no sea tan extremo -o no para todos- ya que esas son experiencias muy buenas en su momento aunque luego puedan cambiar, pero sí es cierto que tan solo el hecho de salir del entorno habitual capacita para contrarrestar los efectos tan nocivos de la desinformación mediática, gracias a la adquisición de nuevas perspectivas y conocimientos. Al visitar nuevos lugares y conocer otras personas, se desarrolla una visión más objetiva de la realidad que permite superar los condicionamientos impuestos por una información sesgada y negativa, basada en intereses políticos y económicos, absolutamente condicionada y alejada de las necesidades individuales.
Cuando, además, se viaja solo, algo cada vez más frecuente (y necesario), el enriquecimiento da un paso más, puesto que saca lo más valioso de cada persona; al no tener el respaldo o comodidad de ir con tus conocidos, das un salto a nivel emocional y vivencial convirtiendo unas «vacaciones» en una «experiencia global», tal como afirma la agencia ViajarSolo.com, pionera en España en viajes para personas solas (singles, solteros, o «cualquiera que no coincide con los suyos para viajar y no renuncia a hacerlo ni quiere quedarse en casa» como se definen).
Viajar solo resulta así un acto de autoafirmación e inversión en la propia vida, ya que las experiencias y vivencias adquiridas a través de los viajes perduran a lo largo del tiempo y nunca pueden ser arrebatadas. «La economía puede subir o bajar; los bienes aparecen y desaparecen; lo que has viajado perdura siempre», afirma Hellen Faus, directora y fundadora de Viajarsolo.com, reconocida experta en turismo y viajera empedernida.
Alejarse de la rutina diaria y experimentar nuevas formas de vivir resulta en un incremento de la productividad y satisfacción personal, laboral y herramientas relacionales. Viajar promueve el encuentro con uno mismo, el equilibrio mental y el bienestar emocional. ¿Qué otra cosas hay que tenga tantos factores positivos? En palabras de Hellen Faus «Hoy en día se admira a una persona más por los km o millas recorridas que por los ceros en cuentas bancarias. Muchos creen que los que viajamos tanto somos millonarios. Sí, realmente ¡somos muy ricos! pero no en dinero (!se va todo en viajar!) sino en tanto que cada minuto que se vive fuera del entorno habitual, enriquece de forma exponencial. Y, ¿sabes? esa riqueza no la puede quitar nadie jamás».
El desarrollo del sentido común juega un papel fundamental a la hora de reconocer y evitar los condicionamientos mediáticos. Es recomendable atender a las propias necesidades y deseos antes que a las noticias negativas que circulan en los medios de comunicación. «Si de verdad buscas sentirte bien, atiende más a tus deseos y necesidades que a lo que digan en televisión, las noticias o los medios», apunta Hellen Faus. «¿Quién sabe mejor que tú lo que puedes y quieres? ¿A quien das poder para decidir por ti?».
En este sentido, son muchos los psicólogos que alertan sobre el peligro que supone dejarse influenciar por las opiniones negativas y los miedos difundidos por ciertos medios de comunicación, amplificada por la parte de la sociedad que se ve condicionada por ellos, llegando a llamar locos a los cuerdos: «Si frenan a viajar, frenan tu libertad de pensamiento, criterio y decisión». Especialmente cuando una persona decide viajar sola, los miedos ajenos tienden a proyectarse sobre ella. «Que otros no se atrevan o no quieran que lo hagas debería animarnos a hacerlo más, porque ser tú mismo es lo mejor que puedes hacer por ti» apostilla la directora de ViajarSolo.com. Lo cierto es que el perfil de este tipo de viajeros es muy diverso, pero siempre hay algo en común: un pensamiento crítico y la capacidad de escapar de los condicionantes del entorno.
El mensaje es claro: no permitir que la manipulación y los intereses ajenos limiten la capacidad de explorar, aprender y enriquecer la propia vida. Al final, como reza la cita atribuida al escritor Mark Twain, «La vida es un libro; sin viajes, solo lees la primera página».
Con esta filosofía que siguen desde su inicio en el lejano 2002, la agencia ViajarSolo.com despunta en destinos y experiencias especialmente significativos para todas esas personas que quieren seguir evolucionando, descubriendo y disfrutando junto a tantas otras personas que viajan solas con esa misma actitud; cada vez más y más gente decide por sí misma qué quiere hacer en el sagrado tiempo de vacaciones, sin etiquetas ni condicionantes.
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