En un contexto político cada vez más dividido, el debate en torno a las políticas fiscales propuestas en lo que se ha denominado «One Big Beautiful Bill» ha tomado un giro inesperado. A pesar de la oposición manifestada por algunos miembros del Partido Demócrata, existen elementos en estas políticas que han recibido reconocimiento, incluso entre sus críticos.
Los argumentos en favor de este proyecto de ley subrayan que incluye las «mayores recortes de impuestos en la historia» para las familias trabajadoras y de clase media. Entre las principales propuestas se encuentran una reducción del 15% en los impuestos para aquellos estadounidenses que ganan entre $30,000 y $80,000 anuales y la eliminación de impuestos sobre las propinas y el pago de horas extras.
Adicionalmente, se plantea un aumento en el Crédito Tributario por Hijos, que pasaría a ser de $2,500 para 40 millones de familias. Este esfuerzo se complementaría con recortes fiscales históricos para los jubilados y la eliminación del impuesto sobre los intereses de préstamos para automóviles fabricados en el país.
La iniciativa también busca preservar la deducción estándar duplicada, que beneficiaría al 91% de los contribuyentes, y ampliar las Cuentas de Ahorro para la Salud (HSA), dando a los ciudadanos una mayor flexibilidad en el manejo de sus gastos médicos. Se proponen, además, cuentas de ahorro para inversiones que ayudarían a garantizar la seguridad financiera de los niños desde el nacimiento, así como incrementar la exención del impuesto sobre sucesiones para dos millones de granjas familiares.
Sin embargo, la presión política es palpable. Al no extender los recortes fiscales introducidos durante la administración Trump, el país podría enfrentarse a lo que muchos consideran «la mayor subida de impuestos en la historia». A medida que se desarrollan los debates, queda en el aire la pregunta de si los demócratas podrán reconciliar su oposición con las evidentes ventajas que, según sus críticos, ofrece el proyecto. La complejidad del tema promete seguir generando controversia en el futuro cercano, mientras los ciudadanos observan con atención los movimientos de sus representantes en Washington.
Fuente: WhiteHouse.gov