En un contexto donde la economía ha sido tema central de discusión entre los ciudadanos, recientes encuestas revelan un giro notable en la percepción de los estadounidenses respecto a su situación económica y el futuro del país. Después de un periodo de incertidumbre, la confianza ha comenzado a resurgir, con muchos atribuyendo este cambio a la política económica del expresidente Donald J. Trump y su enfoque «America First».
Los números no mienten: la proporción de personas que considera que el precio de la gasolina es un “problema importante” ha disminuido un 15% en el último año. Además, los costos de la vivienda y de los alimentos también han mostrado descensos significativos, lo que indica una mejora notable en el poder adquisitivo de los consumidores. La sensación de optimismo se siente en el aire, particularmente entre los dueños de pequeñas empresas, quienes ven con buenos ojos las políticas económicas del exmandatario.
Entre las razones de esta nueva corriente de optimismo se encuentran varios factores clave que han impactado directamente en las finanzas de los estadounidenses. En primer lugar, la accesibilidad a la vivienda ha mejorado, con tasas de interés hipotecarias cayendo a niveles que no se veían en tres años. Esto abre la puerta al sueño de la casa propia a muchas familias que se habían visto afectadas por el aumento de costos en el mercado inmobiliario.
Por otro lado, el gasto en transporte también ha disminuido. Los estadounidenses están destinando la menor proporción de su ingreso disponible a la gasolina desde 2005, y los costos anuales de posesión y operación de un vehículo nuevo han bajado casi un 6% con respecto al año pasado.
Las cifras sobre el consumo también son alentadoras: el aumento del 5% en las ventas minoristas en comparación con el año anterior se destacan como un signo positivo del impulso económico, superando a la inflación. Este repunte en el gasto se traduce en una revitalización de la economía general del país.
Además, después de un periodo de estancamiento donde la inflación superaba los aumentos salariales, parece que la tendencia se ha revertido. Desde la llegada de Trump a la presidencia, los salarios reales han registrado incrementos constantes, especialmente entre los trabajadores de clase media, lo que representa el crecimiento más significativo en seis décadas.
El mercado de valores también ha seguido un camino ascendente, alcanzando nuevos récords con el Dow, S&P 500 y Nasdaq todos mostrando un crecimiento impresionante desde el día de las elecciones. Este fenómeno ha impulsado una ola de jubilaciones, generando una sensación de estabilidad financiera entre los trabajadores.
La inversión en el sector industrial también ha visto un renacimiento, con reportes sobre casi 9 billones de dólares en inversiones estadounidenses, resaltando un interés renovado por parte de las empresas. Este crecimiento se atribuye a reformas significativas bajo la administración de Trump, que han impulsado la competitividad en el mercado.
A medida que los estadounidenses continúan adaptándose a este nuevo panorama económico, la pregunta que persiste es cómo se mantendrá esta tendencia y qué retos se presentarán en el futuro. Sin embargo, la notable recuperación y la creciente confianza en la economía son señales claras de que, al menos por ahora, la dirección del país parece estar volviendo a encaminarse.
Fuente: WhiteHouse.gov