El artículo habla sobre la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y su impacto en el sector tecnológico. Se menciona que la falta de diversificación en las inversiones del banco fue uno de los factores que contribuyó a su colapso, ya que gran parte de sus depósitos estaban en bonos del Tesoro estadounidense y valores respaldados por hipotecas de agencias. Cuando los tipos de interés subieron, el banco no pudo cubrir sus obligaciones y muchos clientes retiraron su dinero, lo que desencadenó una corrida bancaria. Grandes empresas tecnológicas como Roku y Etsy tenían importantes cantidades de efectivo en cuentas del SVB, pero las cuentas solo estaban aseguradas hasta 250.000 dólares.
El impacto de la crisis bancaria también se ha visto reflejado en el sector tecnológico, ya que las empresas han recortado personal y las nuevas empresas pueden tener problemas de financiación. El artículo señala que la financiación se está volviendo cada vez más selectiva y las empresas que corren más riesgo son aquellas que están excesivamente apalancadas y han utilizado el apalancamiento para adquirir activos sobrevalorados.
Por último, el autor destaca que los bancos centrales se encuentran en una situación difícil, ya que intentan equilibrar la estabilidad financiera y la inflación. Esto presenta oportunidades para los inversores y supone un reto difícil de superar para los responsables políticos. El autor plantea la pregunta de si todavía es posible un aterrizaje suave o si serán necesarias decisiones difíciles en el futuro.