En un encuentro que resaltó la importancia de una vida plena en la etapa de la jubilación, la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación-Madrid (AEIT-Madrid), en colaboración con SECOT, Seniors Españoles para la Cooperación Técnica, abordó un tema crucial: cómo prevenir la soledad no deseada en las personas mayores. La clave, según sus conclusiones, reside en mantener una jubilación activa y con propósito.
Durante el taller, se subrayó que la jubilación no debe ser vista como un fin, sino como una oportunidad para redescubrirse, explorar nuevos caminos y seguir aportando. Jesús María Rodríguez Vegas, farmacéutico y miembro de SECOT, compartió su visión sobre esta etapa. Con una carrera de más de 40 años en la industria farmacéutica, resaltó que “la jubilación no es inactividad, sino la posibilidad de generar nuevos espacios de encuentro y de compartir experiencias que aseguren satisfacción y bienestar”. Para él, cada persona puede planificar y trazar su propio camino hacia una jubilación con sentido, basada en la reflexión, la planificación y la acción.
El taller propuso una visión de la jubilación sustentada en tres pilares fundamentales: valores, elementos motivadores y fortalezas personales. Los valores representan los principios que guían la forma de vivir, como el respeto y la responsabilidad; los elementos motivadores son los impulsores para mantenerse activo, como aprender cosas nuevas o dejar una huella; y las fortalezas personales son atributos que generan logro, como la capacidad de comunicación o el compromiso. Identificar experiencias únicas y áreas de interés se convirtió en una estrategia clave para dar sentido a cada día, ya sea retomando aficiones pasadas, iniciando nuevas actividades como voluntariado, formación, idiomas, ocio cultural, emprendimiento o colaboraciones en la economía digital.
Otra de las reflexiones importantes del encuentro fue que los 65 años, en muchos casos, ya no representan límites rígidos. La esperanza de vida y los avances médicos hacen que “los actuales 70 sean los nuevos 60”, y eso invita a mantener una actitud flexible frente a los cambios. La adaptabilidad, especialmente ante la rápida evolución tecnológica, es vital para seguir conectado y activo.
El riesgo de desconexión social, físico, mental y afectiva, fue también destacado como un factor que puede conducir a la soledad no deseada. En respuesta, se propuso un proceso en cuatro fases: reflexión y concienciación, exploración de opciones, definición de expectativas y planificación, y puesta en marcha con seguimiento. Todo siempre desde una perspectiva activa, flexible y adaptativa que permita responder a los cambios de manera positiva.
Rodríguez Vegas añadió que la búsqueda de la felicidad implica integrar todos los aspectos de la vida (financieros, sociales, mentales, físicos y aspiracionales), con una visión de planificación a 4 o 5 años, siempre en relación con el entorno y las metas personales. Subrayó que la acción es fundamental: un buen plan es solo un 5% en ideas, pero un 95% en ejecución. Mejor comenzar con un plan sencillo y en marcha, que con uno perfecto que nunca se implemente.
La sesión fue presentada por Luis Molina, vocal de AEIT-Madrid, y contó con la intervención de Inmaculada Sánchez Ramos, presidenta de la asociación, quien resaltó que iniciativas como ésta valoran el talento sénior y fomentan la participación en proyectos que benefician a todos. La discusión final permitió a los asistentes compartir experiencias y perspectivas, dejando en claro que la jubilación, lejos de ser un final, puede convertirse en una etapa de continuidad, propósito y plenitud.
Este encuentro reafirma que la clave para vivir la jubilación con satisfacción radica en mantener una actitud activa, en seguir aprendiendo y en encontrar nuevas formas de dar sentido a la vida. La edad, entonces, deja de ser un límite y se convierte en una etapa llena de nuevas oportunidades para seguir creciendo y aportando |unas|.