El mantenimiento del tejado es crucial para garantizar la integridad estructural de una casa y protegerla de los elementos externos. Si no se realiza un mantenimiento adecuado, el tejado puede perder rápidamente sus cualidades y exponer a los habitantes de la casa a numerosos peligros, como la humedad, que suele deberse a la filtración de agua de lluvia a través de agujeros o grietas, lo que provoca goteras que empeoran con el tiempo. A largo plazo, esto puede provocar graves daños por agua, que a menudo se traducen en el hundimiento del techo o el debilitamiento de los muros de carga.
Además, un tejado en mal estado y con problemas de humedades es inevitablemente propenso a la aparición de moho. Estos hongos, que se asemejan a un musgo aterciopelado, crecen a un ritmo muy elevado y contribuyen activamente al deterioro de toda la estructura de la vivienda. El moho supone un peligro para el bienestar de los habitantes de la casa, ya que compromete la calidad del aire en su interior al propagar sustancias nocivas para la salud. Los riesgos son aún mayores para quienes ya padecen problemas respiratorios o alergias relacionadas con las bacterias propagadas por el moho.
La falta de mantenimiento del tejado también puede ser la causa de la intrusión de plagas en el edificio. Esto se debe a que las grietas y agujeros que suelen aparecer en los tejados descuidados atraen a insectos, roedores y otros bichos indeseados. Esta infestación puede convertirse en un calvario diario para los habitantes de la casa. La falta de mantenimiento del tejado también se traduce en un aumento de la factura energética, ya que las grietas y agujeros del tejado permiten que se escape el aire interior. Como resultado, los habitantes de la casa se ven obligados a utilizar en exceso el sistema de calefacción para mantener una temperatura adecuada en la casa durante el invierno.
Por lo tanto, es necesario realizar una revisión exhaustiva del tejado al menos dos veces al año. Esta revisión debe ir seguida de trabajos de reparación si se observan daños en la estructura debidos al envejecimiento prematuro u otros factores. Uno de los mayores peligros para los tejados son las inclemencias del tiempo, ya que pueden dejar huellas en la estructura. Por lo que es muy recomendable inspeccionar el tejado después de cada tormenta. En el caso de un fuerte viento, la identificación de los daños es más fácil, ya que las tejas arrancadas por las ráfagas de viento no pasan desapercibidas. Pero si se trata de un temporal de lluvia, habrá que examinar el tejado con más detenimiento, ya que los daños causados por este tipo de clima son algo más sutiles y también más difíciles de identificar.
Para optimizar la durabilidad del tejado y ofrecerle una mayor protección frente al envejecimiento, las inclemencias meteorológicas o las plagas de todo tipo, es imprescindible realizar un mantenimiento periódico. Para ello, es importante recurrir a una empresa de reparación de tejados que utilice productos eficaces. El mantenimiento del tejado debe realizarse con tiempo despejado y sin ráfagas. Hay que empezar por retirar las hojas secas y los pequeños residuos de los canalones. Es aconsejable taponar el tubo de bajada para que no quede obstruido por los residuos y desatascarlo sólo después de que se haya despejado todo. Los restos de musgo deben eliminarse con un cepillo.
Una vez completado este paso, se puede aplicar el tratamiento adecuado y aclarar el tejado para, a continuación, aplicar el producto hidrófugo. Para conservar un tejado en buen estado el mayor tiempo posible, este mantenimiento preventivo debe realizarse una vez cada 6 meses o al menos una vez al año. En conclusión, es importante buscar una empresa de reparación de tejados en Valladolid que sea fiable y ofrezca diversos servicios para los tejados, porque el tejado es una de las partes más importantes de una casa y actúa como primera línea de defensa contra la lluvia, la nieve, el granizo, el viento y el sol.