La desinformación y la propagación de noticias falsas son un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este fenómeno no solo polariza opiniones y debilita la confianza en los medios de comunicación y en las instituciones, sino que también representa una amenaza para los estados democráticos. En este contexto, la educación en tecnología se vuelve esencial, especialmente para los jóvenes que están cada vez más expuestos a este tipo de información falsa.
La Unión Europea define las fake news como aquellas que incluyen información no veraz o manipulada, con el objetivo de engañar al público. La dificultad radica en detectar qué noticias son veraces y cuáles no, ya que internet ha permitido un acceso universal a información, pero muchas veces carecemos de las herramientas necesarias para procesarla correctamente o ponerla en contexto.
El alcance y el efecto de las fake news son devastadores, sobre todo en el caso de adolescentes y jóvenes. Estas noticias falsas pueden afectar su toma de decisiones, influir en sus opiniones políticas y generar situaciones de caos y división en la sociedad. La propagación masiva y rápida de estas noticias a través de las redes sociales y plataformas en línea ha convertido este problema en una preocupación global urgente.
Datos de Statista revelan que los adolescentes y jóvenes son los más propensos a ser víctimas de la desinformación. En la Unión Europea, por ejemplo, solo el 20% de las personas entre 25 y 39 años dijeron no haber sido víctimas de las fake news en ninguna o rara ocasión. Además, una encuesta realizada en España reveló que el 40% de la población afirmó haber estado expuesto a noticias falsas o desinformación a menudo o muy a menudo.
La UE afirma que las redes sociales y la personalización del contenido son facilitadores de la transmisión de las fake news. Por eso, IMMUNE Technology Institute hace hincapié en la importancia de una educación en tecnología responsable. Capacitar a los jóvenes para que se conviertan en consumidores informados fortalece su resistencia a la propagación de información falsa.
Según Carmen Navacerrada, directora del programa en Ingeniería de Software de IMMUNE, la innovación tecnológica puede ser una aliada en la lucha contra las fake news. Tecnologías como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial pueden ser útiles para detectar y combatir la desinformación, pero es importante complementarlas con la supervisión humana para garantizar la precisión y evitar sesgos.
Los medios de comunicación y las redes sociales también juegan un papel importante en la propagación de fake news. Estas plataformas son utilizadas para difundir información falsa a gran escala y, en muchos casos, su algoritmo favorece la viralización de contenido sensacionalista sin una adecuada verificación. Por eso, es responsabilidad tanto de los usuarios como de las propias plataformas establecer medidas efectivas para identificar y limitar la difusión de noticias falsas.
Además, los medios deben adoptar prácticas periodísticas responsables y verificar adecuadamente las fuentes antes de publicar cualquier información. Para combatir la propagación de información falsa, es necesario construir una alianza sólida entre los medios de comunicación, la ciudadanía y los expertos en tecnología, quienes llevan a cabo procesos de verificación.
En conclusión, la desinformación y las fake news representan una amenaza para la sociedad y los estados democráticos. La educación en tecnología responsable es fundamental para fortalecer la resistencia de los jóvenes a la propagación de información falsa. La innovación tecnológica y la colaboración entre los medios de comunicación, la ciudadanía y los expertos en tecnología son clave para combatir este problema y garantizar un entorno informativo más confiable y sólido.
