La Fundación Adecco advierte: La inclusión laboral y sostenibilidad, claves contra la exclusión social

La reciente actualización del Cuadro de Indicadores Sociales de la Comisión Europea ha puesto de manifiesto preocupantes deficiencias en España, un país que no logra cumplir con los estándares en 10 de los 17 parámetros analizados. Estas deficiencias, centradas en la educación, la lucha contra la pobreza y la protección social, revelan barreras estructurales que exacerban las desigualdades y la exclusión, poniendo en riesgo el bienestar y la cohesión social.

El Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco ha tomado nota de estos datos, enfatizando la necesidad urgente de acción. Francisco Mesonero, director general de la fundación, subraya la importancia de promover un empleo inclusivo y sostenible, crucial para mitigar la exclusión social. Los desafíos más críticos se identifican en el abandono escolar, la tasa de riesgo de exclusión social, la pobreza infantil y la eficacia de las prestaciones sociales.

El desempleo y la baja intensidad laboral en los hogares son las principales causas del desequilibrio de España respecto a otras naciones europeas. Este fenómeno limita el acceso a recursos educativos y perpetúa un ciclo de pobreza intergeneracional. Mesonero aboga por reforzar el modelo productivo y las políticas activas de empleo, conectando a las personas con nichos laborales emergentes. Esto es crucial para reducir el abandono escolar y asegurar la inclusión social.

Otro punto de fricción es la desigualdad de ingresos y el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos como «Ninis». La desigualdad de rentas en España es del 5,5%, más alta que el 4,7% en Europa. Mesonero destaca la importancia del empleo para reducir este desequilibrio y fortalecer la cohesión social.

Frente a un mercado laboral decepcionante, España muestra un nivel de empleo inferior al promedio europeo, junto con altas tasas de paro. Mesonero resalta la necesidad de incentivar la confianza empresarial y fomentar un mercado de trabajo más flexible y adaptado a las demandas actuales. Además, la colaboración público-privada es esencial para apoyar a los grupos más vulnerables, garantizando su competencia en igualdad de condiciones.

Un aspecto positivo se encuentra en las competencias digitales y la brecha laboral de personas con discapacidad, donde España supera la media europea. Las competencias digitales son vitales en el contexto actual y posicionan a España como un país preparado para los desafíos futuros. Respecto a las personas con discapacidad, se observa una brecha laboral menor en comparación con la UE, aunque persisten retos importantes para su plena inclusión en el mercado laboral.

En resumen, mientras España enfrenta numerosos desafíos en su búsqueda de cohesión social y equidad, también hay motivos para el optimismo. Es crucial continuar trabajando de manera coordinada y estratégica para superar las barreras actuales y avanzar hacia un futuro inclusivo y sostenible.

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