La Fisioterapia y su papel fundamental en el tratamiento y prevención del Linfedema

El 6 de marzo se celebra el Día Internacional del Linfedema, que afecta a entre 140 y 250 millones de personas en todo el mundo. El Linfedema es una condición que aparece cuando el Sistema Linfático es afectado o dañado por operaciones, traumas, accidentes, tratamientos para el cáncer, diferentes condiciones y hasta razones congénitas (nacimiento).

Esto puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo como el rostro, el cuello, el abdomen y los genitales, aunque mayormente aparece en brazos y piernas. Se manifiesta como una hinchazón permanente y progresiva que comprende varias etapas, siendo la más avanzada la conocida como “Elefantiasis”. El paciente, además de la hinchazón, notará dureza, adormecimiento, debilidad, cambios en la textura y apariencia de la piel, infecciones, en algunos casos dolor y hasta dificultad para mover la extremidad. En el caso que el paciente nace con la condición se le conoce como Linfedema Primario y en el caso posterior a algún trauma o cirugía es Linfedema Secundario. No hay tiempo determinado para que la condición se desarrolle o el paciente la note, en cualquiera de los dos casos anteriores.

La Fisioterapia puede ayudar en la prevención y/o retraso de su aparición y en su tratamiento. También en la fase aguda, el tratamiento fisioterápico es de gran ayuda para disminuir el dolor e inflamación.

Tratamiento del Linfedema

La efectividad del tratamiento del Linfedema se encuentra enfocado básicamente en el método RED (Recomendaciones, Ejercicio, Drenaje Linfático)

Recomendaciones

Enfocadas a los cuidados higiénicos de la piel: El cuidado de la piel juega un papel primordial en el tratamiento del Linfedema, ya que por el aumento de volumen del miembro ésta se estira y se vuelve más delicada. En este sentido es importante cuidar la higiene postural, evitar el sobrepeso y contar con una nutrición e ingesta de líquidos apropiada.

Ejercicio

Hasta principios de los años 20, el ejercicio estaba prohibido. Los pacientes no podían realizar ejercicios vigorosos, repetitivos o excesivos por el riesgo de desarrollar un Linfedema o empeorar el existente. Afortunadamente este paradigma ha cambiado y los estudios realizados sobre ejercicio y Linfedema concluyen que los ejercicios de resistencia con respecto al estado de su Linfedema, no tienen ningún efecto negativo. Por el contrario, es seguro y recomendable, pudiendo en muchos casos disminuirlo. Además, puede utilizarse el ejercicio como forma de prevención del Linfedema.

Los ejercicios deben estar supervisados por fisioterapeutas especializados, ya que un ejercicio mal realizado puede agravar el Linfedema.

Drenaje linfático manual.

Debe ser realizado por un fisioterapeuta con formación en este campo y experiencia en el tratamiento. El objetivo del drenaje es la reabsorción del Linfedema y la activación de la circulación linfática superficial. En ocasiones se debe complementar con Vendaje compresivo o manga de compresión.

Es importante saber que el Linfedema no tiene cura, pero sí un tratamiento que, realizado de forma precoz, puede evitar que se desarrolle y conseguir que, sabiendo que existe la lesión del sistema linfático, el volumen pase desapercibido.

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