El COVID-19 ha causado una catástrofe sanitaria tanto en nuestro país como a nivel mundial. Castilla – La Mancha es una de las comunidades más afectadas por el virus con más de 16.000 casos confirmados. Aún es pronto para saber las secuelas que dejará el virus tanto a nivel social como personal, pero una de ellas puede ser la merma del aparato respiratorio. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) apunta que la Fisioterapia respiratoria y los profesionales dedicados específicamente a esta área serán fundamentales en la recuperación de los pacientes que han superado el COVID-19.
Los síntomas producidos por el virus se caracterizan por dar fiebre alta, mialgias, malestar general, astenia, cefalea, diarrea, tos y disnea. El COVID-19 tiene una especial predilección por los pulmones y puede provocar una inflamación severa en las vías respiratorias. Los pocos estudios que hay de momento al respecto revelan una reducción de la función pulmonar, así como una sensación de disnea en algunos pacientes, a pesar de haber superado la infección viral.
Susana Priego, fisioterapeuta en el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca y colegiada de COFICAM, afirma que “no se puede concluir todavía hablando de secuelas específicas, pero los datos más relevantes de estudios recientes apuntan a una posible disminución de la capacidad pulmonar de un 20% a un 30 % en estos pacientes, sensación de falta de aire al caminar deprisa, así como una disminución de la fuerza de la musculatura periférica, por lo que tendremos que reentrenar al paciente para recuperar su capacidad pulmonar y mejorar la sensación de disnea”.
Mediante la fisioterapia respiratoria y la rehabilitación pulmonar lo que se pretende es mejorar la capacidad pulmonar, disminuir la disnea, disminuir la morbimortalidad “y mejorar la calidad de vida de los pacientes con un reentrenamiento al esfuerzo y una reinserción a su vida diaria”, cuenta Susana.
Para comenzar a tratar a estos pacientes, el Área de Fisioterapia Respiratoria de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha creado la “Guía de Fisioterapia Respiratoria en el Manejo del Paciente con COVID-19: Recomendaciones Generales”. En ella se incluyen ejercicios que se pueden dividir en varias fases: fase de confinamiento, en aquellos pacientes que presentan síntomas leves y pasan la cuarentena en su domicilio; fase de ingreso hospitalario; de agudización o período crítico; y de recuperación y alta hospitalaria.
Sin embargo, Priego quiere destacar que los fisioterapeutas tienen un papel relevante desde la UCI, ayudando no sólo en el manejo de la ventilación mecánica, en el proceso de destete, sino también, más allá del nivel respiratorio, evitando mediante la movilización precoz de estos pacientes la aparición de otras comorbilidades (miopatías y polineuropatías tanto por la inmovilización como por los tratamientos farmacológicos) o incluso ayudando a atajarlas lo antes posible para evitar secuelas en un futuro. Las técnicas de Fisioterapia respiratoria estarían indicadas desde el momento de hospitalización, tanto en planta como en las unidades de cuidados intensivos, realizándose siempre en función de la clínica que presente el paciente y atendiendo a cada caso en particular, no pudiendo generalizar al respecto
Estos ejercicios se clasifican en función del momento de realización, la fase de la enfermedad y el nivel de dificultad, en la que se pueden encontrar ejercicios de reeducación de la mecánica ventilatoria (ventilación dirigida), entrenamiento de la musculatura respiratoria, técnicas de incremento del flujo espiratorio activas (tos, etc), así como ejercicios para fortalecer la musculatura periférica, y caminar (ejercicio aeróbico). Así mismo, cabe tener en cuenta las técnicas de drenaje de secreciones en aquellos pacientes que presenten tos productiva (hasta un 34% de los pacientes según la evidencia actual), siempre y cuando dichos pacientes no puedan eliminar las secreciones por sí mismos. Estas técnicas también pueden realizarse a aquellos otros que presenten comorbilidades del sistema respiratorio que cursen con hipersecreción bronquial.
Es importante recordar que la fase última de recuperación y alta hospitalaria es fundamental para el paciente. En ella, las principales intervenciones van a ir dirigidas a la educación al paciente, ejercicio aeróbico, ejercicios de fuerza para fortalecer la musculatura periférica y entrenamiento, así como técnicas de drenaje de secreciones y ventilatorias en los casos en los que la clínica del paciente lo requiera. En definitiva, la Fisioterapia respiratoria y rehabilitación pulmonar tratan de devolver al paciente al estado de salud que tenía antes de la enfermedad con una mejora de la calidad de vida.