La Fisioterapia es esencial para que la recuperación en pacientes trasplantados sea más rápida y exitosa

Con el objetivo de promover la donación de órganos y tejidos entre la población, cada 6 de junio se celebra el Día Mundial del Paciente Trasplantado. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla – La Mancha (COFICAM) quiere unirse a este día tan importante recordando que el tratamiento fisioterápico en pacientes trasplantados es esencial, tanto antes como inmediatamente después de la cirugía, facilitando que la recuperación sea más rápida y exitosa.

España es líder mundial en número de trasplantes y donantes, y según los datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en Castilla-La Mancha 231 pacientes fueron trasplantados en 2019. Nuestra región es una de las comunidades autónomas donde más creció la donación de órganos durante el último año, registrando un aumento del 44% respecto al anterior.

“Que este hecho sea posible se debe al enorme trabajo realizado por los equipos multidisciplinares que se implican este tipo de cirugías”, confirman desde COFICAM. En este sentido, el trabajo de los fisioterapeutas resulta clave, ya que empieza a preparar al paciente para que logre un buen tono muscular previo a la cirugía. “La actuación del fisioterapeuta es determinante antes de la intervención quirúrgica, como parte fundamental para evitar la habitual la pérdida de fuerza que aparece después de la operación”, afirman.

De la misma manera, antes de entrar a quirófano, la Fisioterapia respiratoria resulta también de vital importancia, ya que ayuda a paliar la aparición de complicaciones en la mecánica respiratoria. En el caso de pacientes trasplantados de pulmón y corazón (300 y 419 trasplantes respectivamente a nivel nacional el año pasado), la intervención de estos profesionales resulta fundamental para una adecuada eliminación de secreciones y para el aprendizaje de una correcta dinámica respiratoria.

Otro de los trasplantes más realizados en nuestro país es el renal. Como ejemplo, los dos hospitales acreditados para llevar a cabo el programa de trasplante renal en la comunidad, el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y el Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, contabilizaron un total de 120 trasplantes renales.

Una vez terminada la intervención, el tratamiento fisioterápico ayuda al paciente a pasar de una vida y actividad limitada, a una vida más normal. El ejercicio terapéutico, siempre bajo la supervisión del fisioterapeuta, ayudará al paciente a mejorar el funcionamiento del órgano trasplantado. “Además, a nivel emocional la labor, dedicación y apoyo del fisioterapeuta, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, disminuir la sensación de dolor, normalizar la situación postquirúrgica, y todos aquellos síntomas propios de debilidad que son comunes en pacientes que han sido sometidos a un trasplante”, afirman desde COFICAM.

Otros procedimientos fisioterápicos empleados van desde las movilizaciones, el propio ejercicio terapéutico, masajes suaves en la espalda y en áreas adyacentes que se contracturan mucho tras un trasplante de riñón  o hígado, hasta la termoterapia (con calor con sacos de semillas, manta eléctrica o bolsa de agua caliente, entre otros); siempre implementados tras un proceso individualizado de valoración, que permita realizar una adaptación adecuada a las posibilidades reales del paciente y a su grado de tolerancia al ejercicio.

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