En un revelador episodio de «Demos: el gran sondeo», emitido por Telecinco y conducido por Risto Mejide, la devastadora realidad detrás de la tragedia causada por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) en Valencia y Albacete ha sido puesta al descubierto. Noelia Revenga, una de las muchas afectadas por el desastre natural, fue protagonista de una emotiva aparición en el plató, marcada por su desesperada lucha por sobrevivir tras haber estado desaparecida durante los momentos más críticos de la inundación.
Revenga, sosteniendo con firmeza la bandera de la Comunidad Valenciana, relató la angustia y el miedo que vivió, estando incomunicada y temiendo lo peor para ella y sus hijos. Su testimonio, cargado de emoción y dolor, puso de pie al plató y tocó profundamente no solo a la audiencia en el estudio, sino también a los espectadores en casa. Habló de los daños psicológicos sufridos y de una resilencia que muchos en situaciones similares se ven forzados a desarrollar, preguntándose retóricamente si es posible recuperarse de pensar que sus hijos podrían haber muerto ahogados.
La catástrofe natural ha dejado un saldo de 217 víctimas y numerosos desaparecidos, cifras que, aunque frías, cuentan historias de sufrimiento, pérdida y desesperación. Revenga transformó su dolor en un llamado a la acción, instando a los políticos a pasar de las palabras a los hechos, y exigir en lugar de solo pedir ayuda.
Durante los 75 horas en que el equipo de «Demos: el gran sondeo» intentó localizar a Revenga, aislada por la DANA, su historia se convirtió en un símbolo del desafío y la resistencia frente a la adversidad natural. Tras ser rescatada, aprovechó la plataforma televisiva no solo para compartir su vivencia personal sino también para lanzar una crítica contundente hacia Carlos Mazon, presidente de la Generalidad Valenciana. Acusándolo de inacción e incluso de negligencia en momentos donde el liderazgo y las respuestas rápidas eran cruciales, su reprimenda se convirtió en una demanda de responsabilidad y efectividad en la gestión de la crisis.
Este enfrentamiento en directo refleja la creciente frustración y el cansancio de los afectados por desastres naturales ante la percepción de un liderazgo político que falla en proteger y responder a las necesidades de sus ciudadanos en momentos de extrema necesidad. Las palabras de Revenga, «Yo no vengo a dar pena, vengo a dar guerra, porque se han metido con lo que yo más quiero, que es mi tierra, ¡y por mi tierra mato!», resuenan como un llamado a una mayor accountability y acción por parte de aquellos en el poder.
El episodio no solo ha servido para dar voz a las víctimas de la DANA sino que también ha colocado el desempeño y responsabilidades de los líderes políticos bajo un riguroso escrutinio público. La conversación nacional sobre la preparación y respuesta ante desastres naturales, así como sobre la relación entre los ciudadanos y sus representantes políticos, se ha intensificado, arrojando luz sobre las expectativas y exigencias de una población demandante de seguridad, empatía y acciones concretas en momentos de crisis.