La Dra. Jennifer Cueva revela tres estrategias clave para prevenir la otitis durante el verano desde el Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi

Con la temporada de verano y el incremento de las temperaturas, las actividades al aire libre, especialmente aquellas relacionadas con el agua como la natación en piscinas y playas, se convierten en el principal entretenimiento para los más pequeños. Sin embargo, este aumento de la exposición al agua también conlleva un mayor riesgo de experimentar infecciones de oído, comúnmente conocidas como otitis. Esta condición, caracterizada por la inflamación del conducto auditivo externo, puede convertir lo que debería ser una época llena de diversión en momentos de incomodidad y dolor para los niños.

La doctora Jennifer Cueva, especialista en Otorrinolaringología del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi, enfatiza la importancia de adoptar ciertas medidas preventivas para proteger la salud auditiva de los niños durante el verano. Entre ellas, destaca la necesidad de realizar una revisión médica antes de iniciarse la temporada de baño, especialmente en aquellos niños con historias previas de otitis o susceptibilidad a infecciones del oído externo. Conocer el historial médico y estado actual puede ser determinante para evitar complicaciones asociadas a la otitis.

La otitis externa puede manifestarse a través de síntomas como dolor intenso en el oído, sensación de haber un bloqueo o taponamiento, disminución de la audición, supuración o secreción de líquido, y picazón o irritación dentro del oído. Estos síntomas requieren atención inmediata para evitar daños mayores y garantizar una pronta recuperación.

Para prevenir la aparición de otitis during el verano, se recomiendan prácticas como secar bien los oídos después de cada inmersión en agua, utilizar tapones diseñados para impedir el ingreso de agua a los oídos, y evitar el uso de bastoncillos para la limpieza interna de los oídos, ya que estos pueden empujar la cera hacia adentro y provocar bloqueos que favorecen las infecciones. En el caso de presentarse síntomas de otitis, lo aconsejable es no mojar el oído afectado y consultar inmediatamente a un especialista. El tratamiento suele incluir la aplicación de gotas óticas con antibióticos y, en algunos casos, corticoides para reducir la inflamación.

Es crucial también prestar atención al exceso de cerumen, especialmente en niños con tendencia a acumularlo más de lo habitual. Realizar limpiezas periódicas del oído, preferentemente antes del inicio del verano, puede ayudar a evitar que la cera absorba humedad, incrementando su volumen y propiciando el desarrollo de infecciones.

Siguiendo estos consejos y contando con el asesoramiento de profesionales de la salud, es posible disfrutar de un verano lleno de actividades acuáticas sin temor a las infecciones de oído. La prevención y la atención temprana son esenciales para proteger la salud auditiva de los niños y asegurar que sus experiencias veraniegas sean solo de alegría y diversión.

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