En un emotivo acto que subraya la riqueza cultural y religiosa de Daimiel, el presidente de la Diputación de Ciudad Real, Miguel Ángel Valverde, se sumó al alcalde de la localidad, Leopoldo Sierra, y al presidente de la Junta Directiva de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Vicente Astillero, en la parroquia Nuestra Señora de la Paz, para presentar y bendecir el nuevo manto de procesión de la Virgen del Primer Dolor.
Valverde aprovechó la ocasión para reafirmar el compromiso de la Diputación de Ciudad Real con las cofradías, hermandades y entidades religiosas de la provincia. «La institución seguirá trabajando para fortalecer nuestra identidad, muchas veces vinculada a la fe y la religión», declaró Valverde, recordando que en 2024 las ayudas provinciales beneficiaron a más de 72 hermandades.
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con raíces que se remontan al siglo XVI y casi 5,000 miembros, es una de las más antiguas y numerosas de la región. El evento de presentación del manto fue un reflejo de la profunda tradición y devoción que caracteriza a la comunidad daimieleña.
El nuevo manto, una obra de arte que fusiona tradición y maestría artesanal, ha sido confeccionado en Sevilla por el renombrado bordador Francisco Carrera Iglesias, conocido como “Paquili”, siguiendo un diseño de Javier Sánchez de los Reyes. Elaborado en terciopelo verde, el manto destaca por su detallado bordado de realce que presenta la inicial de María, flanqueada por dos ángeles, y embellecido con elementos florales, vegetales, estrellas y medallones bordados en oro fino. El proceso de creación del manto, que involucró a doce artesanos y se extendió por un año y medio, ha sido un ejemplo del compromiso y dedicación hacia la preservación del patrimonio religioso.
La bendición del manto estuvo a cargo de Jacinto Antonio Naharro, consiliario de la Junta de Hermandades de Semana Santa de Daimiel. Al final del acto, amenizado por la Banda Municipal de Música, el alcalde Leopoldo Sierra expresó su deseo de que el nuevo manto sirva como un símbolo de protección para la comunidad, reafirmando el amor y la devoción de Daimiel a la Virgen del Primer Dolor.
Fuente: Diputación de Ciudad Real