La segunda temporada de House of the Dragon inicia con fuerza, mostrando la brutal guerra civil Targaryen en todo su esplendor y promete superar a Game of Thrones.
La segunda temporada de House of the Dragon se estrena el 17 de junio y comienza casi inmediatamente después del impactante final de la primera temporada. Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy), con su hijo Lucerys muerto y el Trono de Hierro aún fuera de su alcance, está decidida a recuperar su derecho de nacimiento. La palabra clave aquí es venganza, y Rhaenyra está dispuesta a todo para lograrla.
Westeros está dividido entre los Negros y los Verdes, aquellos leales a Rhaenyra y los que apoyan a su medio hermano Aegon Targaryen (Tom Glynn-Carney), el actual gobernante. Rhaenyra cuenta con el apoyo de sus hijos, Daemon (Matt Smith), Rhaenys (Eve Best) y, por supuesto, sus dragones, mientras que Aegon tiene a su madre Alicent Hightower (Olivia Cooke), su hermano sanguinario Aemond (Ewan Mitchell) y su abuelo Otto (Rhys Ifans) como su Mano.
Actuaciones estelares y una trama emocionante
La primera temporada estableció las bases, pero es en la segunda donde realmente comienza la Danza de Dragones, la guerra civil Targaryen tan sangrienta y brutal que se convirtió en leyenda en Game of Thrones. Los campos de Rhaenyra y Aegon se preparan para la guerra, con individuos de ambos lados listos para derramar sangre en nombre de sus líderes. Y vaya que el espectáculo cumple con esta promesa.
Cada episodio es un triunfo, con actuaciones excepcionales de todos los actores, especialmente de D’Arcy y Cooke como Rhaenyra y Alicent. Sus interpretaciones emocionales y profundas mantienen a los espectadores enganchados. Matt Smith también destaca como Daemon, especialmente cuando explora las vulnerabilidades de su personaje en su propia trama.
Un espectáculo visual y narrativo
House of the Dragon sigue siendo tan impresionante como Game of Thrones en su apogeo, lleno de magníficos escenarios y vestuarios, con un guion ágil y acción impresionante. Los cuatro episodios proporcionados a la prensa muestran una guerra que hierve bajo la superficie, con violencia utilizada de manera efectiva, especialmente cuando los dragones entran en juego.
El cuarto episodio es particularmente impresionante por su acción, dejando a los espectadores boquiabiertos con su conclusión sorprendente. Es todo lo que los fanáticos esperarían de la franquicia: brutal, dramático y desgarrador. La guerra en este episodio rivaliza con la icónica Batalla de los Bastardos de Game of Thrones, tanto en acción como en emoción.
