En una reciente edición de «El Hormiguero», espacio de entretenimiento nocturno de Antena 3, el actor Álex González fue el invitado de honor, donde el conductor del programa, Pablo Motos, aprovechó la oportunidad para sumergir a la audiencia y al propio invitado en una de las secciones más emblemáticas y reflexivas del show. A través de un monólogo intenso y perspicaz, Motos se adentró en el terreno del autocontrol, la gestión de los pensamientos y el impacto que éstos tienen en nuestra vida cotidiana.
Bajo la premisa de que «un pensamiento o una idea puede cambiarlo todo», Motos inició su intervención destacando que, aunque percibamos la vida desde un plano exterior, es en el interior de nuestro cerebro donde realmente suceden las cosas. «El cerebro no siempre funciona bien», expresó, poniendo sobre la mesa la idea de que los temores infundados -provocados por preocupaciones acerca del prestigio social, la salud, el envejecimiento, o el desamor- pueden llegar a condicionar negativamente nuestra esencia misma.
Motos planteó una distinción fundamental entre los pensamientos que somos capaces de dirigir conscientemente y aquellos que surgen de modo involuntario en nuestra mente, subrayando que, a menudo, los pensamientos automáticos superan en número a los conscientes. Su consejo fue no tomar en serio estos pensamientos automáticos, argumentando que «tú no eres lo que sale de tu cabeza, eres quien la escucha». De esta manera, instó al público a tomar el control, a no permitir que estos pensamientos dirijan nuestras vidas.
En un giro hacia una perspectiva más emocionalmente inteligente de enfrentar la vida, Motos sugirió modificar la forma en que interpretamos las acciones de los demás, instándonos a despersonalizar las situaciones: «En vez de preguntarte por qué me grita, piensa en por qué grita», lo que podría ayudar a disminuir significativamente el impacto emocional negativo de ciertos eventos o comportamientos.
La discusión tomó un cariz aún más filosófico cuando Motos defendió la idea de que la vida no debe ser un objeto de temor, sino de vivencia plena y consciente, enfatizando que conviene apartar aquellos pensamientos que nos colocan en una posición de victimismo, para, en su lugar, abrirnos a una existencia marcada por la proactividad y la valentía frente a los desafíos cotidianos.
El monólogo de Pablo Motos generó una profunda resonancia entre los espectadores de «El Hormiguero», siendo aplaudido no solo en el estudio, sino también en las redes sociales, donde los ecos de su mensaje sobre cómo enfrentar la vida desde un enfoque más dominado por el entendimiento y control de nuestros propios pensamientos, siguen generando debate y reflexión. Este episodio refuerza la posición del programa como un espacio que, más allá del entretenimiento, ofrece momentos de introspección y aprendizaje valiosos para su audiencia.