El ámbito educativo en Castilla-La Mancha se enfrenta a un nuevo desafío tecnológico y burocrático que afecta directamente al cuerpo docente de la región. La reciente implementación del Cuaderno de Evaluación se ha revelado como un experimento fallido que ha generado un clima de malestar e ineficiencia en las aulas.
El objetivo de esta herramienta digital era facilitar el proceso de seguimiento y evaluación de los alumnos, pero diversos problemas técnicos han obstaculizado su buen funcionamiento. Los profesores han encontrado dificultades recurrentes, desde errores en el sistema hasta la pérdida ocasional de datos importantes. Estas deficiencias han llevado a una frustración creciente entre los educadores, quienes reportan una carga administrativa adicional que impacta su trabajo diario.
Además, la burocracia asociada al uso del Cuaderno de Evaluación ha empeorado la situación. Los docentes se ven obligados a dedicar un tiempo considerable a gestionar y resolver incidencias, tiempo que podría invertirse en actividades más productivas para la enseñanza. Este problema resalta la necesidad de una evaluación crítica de la viabilidad de sistemas similares en el futuro.
Ante este panorama, la comunidad educativa de Castilla-La Mancha espera que las autoridades competentes tomen medidas para mejorar los procesos digitales relacionados con la evaluación y reducir la burocracia que actualmente asfixia al profesorado. La experiencia deja una lección clara: la tecnología, cuando no se implementa de manera efectiva, puede convertirse en un obstáculo más que en una herramienta de ayuda.
Fuente: CCOO Castilla-La Mancha