Una agencia inmobiliaria actúa como intermediario entre propietarios y compradores potenciales, brindando asesoramiento a ambos sobre precios, estrategias de comercialización, y búsquedas de propiedades. También se encarga de promocionar las propiedades, programar visitas, actuar como intermediario en negociaciones y gestionar los documentos necesarios para formalizar acuerdos. Las competencias clave de un agente inmobiliario incluyen buscar propiedades, preparar anuncios de ventas, marketing inmobiliario, estimar valores de mercado, recibir y evaluar ofertas de compradores, gestionar aspectos burocráticos y contractuales de transacciones y asistir a los clientes en trámites administrativos. Para ser un agente inmobiliario se necesitan habilidades de comunicación, organización y negociación, además de energía, orientación al cliente, capacidad para trabajar en equipo y conocimientos del mercado. Recurrir a una agencia inmobiliaria es útil para aprovechar un servicio profesional, estimar correctamente el valor de una propiedad, beneficiarse de una buena comunicación y ahorrar tiempo y energía.