En los últimos años, la psoriasis ha mostrado una tendencia creciente a nivel nacional, llegando a afectar al 2,3% de la población española, de acuerdo con los datos suministrados por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Este aumento de casi un 1% en comparación con años anteriores refleja la creciente incidencia de esta enfermedad crónica. A pesar de ello, la AEDV señala que un 70,5% de los pacientes afectados únicamente presentan síntomas leves.
La doctora Libe Aspe, especialista en dermatología en la Unidad Capilar del Hospital Quirónsalud Vitoria, describe la psoriasis como una enfermedad autoinmune que aparece en forma de brotes, manifestándose comúnmente a través de placas rojas y descamativas en áreas como los codos, las rodillas y el cuero cabelludo. Aspe menciona diversos tipos de psoriasis, entre ellos, la psoriasis en gotas, caracterizada por pequeñas placas distribuidas a lo largo del cuerpo, y la psoriasis inversa, que se presenta en zonas como las axilas y el área genital.
Aunque la causa exacta de la psoriasis sigue siendo desconocida, se ha identificado que ciertos factores externos pueden desencadenar brotes o agravar la condición. La doctora Maribel Martínez, dermatóloga especializada en tricología, indica que la psoriasis tiene una base genética y está regulada inmunológicamente por los linfocitos T del sistema inmune. El clima juega un papel significativo en esta enfermedad, ya que muchos pacientes experimentan una mejoría en verano probablemente debido a los efectos inmunomoduladores de la luz ultravioleta, mientras que los síntomas tienden a aumentar en invierno. Otros factores influyentes incluyen el sobrepeso, el tabaquismo, ciertas infecciones y medicaciones específicas.
Particularmente, la psoriasis del cuero cabelludo es una manifestación común de esta enfermedad, afectando entre un 60% y 80% de los pacientes. A pesar de su menor visibilidad en comparación con otras formas, su impacto en la calidad de vida es considerable debido al prurito y descamación que provoca. Estos síntomas a menudo se presentan en la parte trasera del cuero cabelludo, detrás de las orejas y cerca de la línea de implantación del cabello.
No obstante, la psoriasis en el cuero cabelludo no suele causar calvicie, aunque en casos severos, puede generar una caída temporal del cabello, especialmente si hay infecciones o heridas profundas. Aspe aclara que, generalmente, el cabello se recupera una vez que se controla la inflamación.
El tratamiento para la psoriasis del cuero cabelludo suele iniciarse de manera tópica, donde las fórmulas en loción, champú o gel son preferidas debido a su facilidad de aplicación. Para el cuerpo, los tratamientos tópicos también incluyen corticoides para reducir la inflamación y queratolíticos para eliminar las escamas gruesas. Según Aspe, el tratamiento debe ser personalizado, adaptándose a cada paciente según la actividad de la enfermedad.
En casos más graves o que no responden a los tratamientos tópicos, se pueden utilizar medicamentos orales o biológicos, estos últimos administrados de manera subcutánea. Los tratamientos biológicos están reservados para pacientes con psoriasis severa que no han respondido a otros métodos, ofreciendo un control más efectivo en esos casos resistentes.