Casi el 60% de los sénior andaluces expresan preocupación por su situación económica, una cifra que supera en nueve puntos porcentuales a la media nacional, situada en el 50%. Asimismo, más de la mitad (51%) anticipa que sus circunstancias financieras se mantendrán iguales a futuro. Este grupo destaca por ser el que más contribuye económicamente a su familia o entorno cercano, con un 58% apoyando a algún familiar, principalmente a sus hijos (47%). Este comportamiento de ayuda se espera que persista o incluso aumente, según el 80% de los encuestados.
Estas son algunas deducciones clave del I Barómetro del Consumidor Sénior en Andalucía, promovido por el Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE, que busca estudiar los patrones de consumo de los 2.828.397 mayores de 55 años en la Comunidad, representando el 32,9% del total de su población. El informe también revela la tendencia de este grupo de permanecer en sus hogares el máximo tiempo posible, su visión pesimista sobre el futuro económico de España, su dependencia de las pensiones públicas como casi única fuente de ingresos, y su creciente adaptación al entorno digital.
El acto de presentación, celebrado en Sevilla, contó con la participación de Juan Fernández Palacios e Iñaki Ortega, director y consejero asesor respectivamente de Ageingnomics en Fundación MAPFRE, así como de Javier Olías, representante de Fundación MAPFRE en Andalucía y director general territorial de MAPFRE.
El estudio arroja luz sobre la situación de ingresos y capacidad de ahorro de este grupo, resaltando que la mitad dispone de una única fuente de ingresos y que su capacidad de ahorro es menor en comparación con otras regiones de España (38% frente al 48% nacionalmente). La preparación ante eventuales imprevistos económicos, situaciones de dependencia o por tranquilidad son las principales razones para ahorrar. Significativamente, cerca de una cuarta parte (25,8%) se encuentra pagando algún préstamo y/o hipoteca.
En relación con los precios, una abrumadora mayoría (95,5%) percibe un incremento «mucho o bastante» en el costo de la cesta de la compra, principalmente debido a la inflación. La alimentación y las bebidas no alcohólicas, así como el mantenimiento del hogar, representan los principales gastos, y reducir el consumo en estas áreas se considera inviable sin afectar su calidad de vida.
Del lado laboral, solamente un 19% se mostraría dispuesto a extender su vida laboral más allá de la edad de jubilación, y un 31% aceptaría trabajar 4 días a la semana, aunque con una reducción proporcional de su salario. La mayor parte no contempla la posibilidad de emprender o estudiar nuevas materias, con solo un 17% abierto a iniciar un nuevo negocio y un 18% a reanudar sus estudios, pese a las ventajas potenciales.
En el ámbito digital, este colectivo muestra una integración considerable, con un 86,8% accediendo a Internet en los últimos tres meses, y el comercio electrónico es usado por el 51,2% para realizar compras, aunque esto es levemente inferior a la media nacional (56,2%).
La salud se percibe como una prioridad, con un 73% enfocado en cuidar su alimentación y más de la mitad manteniendo una rutina de ejercicio físico habitual. Sin embargo, la asistencia regular a centros de salud y la dedicación a la meditación resultan menos frecuentes.
En cuanto a los viajes, una mayoría ha viajado por vacaciones el último año y tiene planes de hacerlo nuevamente, prefiriendo destinos dentro de España. El costo emerge como la principal barrera para viajar, seguido por compromisos familiares y la falta de compañía.
El informe completo está disponible para consulta en el sitio web de Ageingnomics de la Fundación MAPFRE, ofreciendo una visión detallada sobre la situación de los sénior en Andalucía en diversos aspectos de su vida cotidiana.