Innovaciones en Cirugías de Ligamento Cruzado Anterior por el Dr. Asier Cuéllar Logran Altas Tasas de Éxito en Policlínica Gipuzkoa

En la actualidad, las lesiones ligamentosas de rodilla, y en particular del ligamento cruzado anterior (LCA), han dejado de ser unas de las complicaciones más temidas en el ámbito de la traumatología, gracias a los avances en las técnicas quirúrgicas y a la experiencia acumulada por especialistas. Asier Cuéllar, un reputado traumatológico de la Policlínica Gipuzkoa, especializado en articulaciones como la rodilla, la cadera y el hombro, comparte su perspectiva sobre esta evolución y los tratamientos disponibles.

Estas lesiones son más frecuentes en personas activas, especialmente aquellas involucradas en deportes que implican torsión y contacto físico, como el fútbol, el baloncesto o el balonmano. Afectan mayoritariamente a individuos de entre 15 y 40 años, y son considerablemente más comunes en mujeres debido a factores como la diferencias en la fortaleza muscular y la alineación corporal. La Sociedad Española de Radiología Médica estima una incidencia de 37 a 61 casos por cada 100.000 habitantes al año, con una prevalencia de lesiones tres veces mayor en el género femenino.

El LCA juega un papel crucial en la estabilidad de la rodilla al conectar la tibia con el fémur. Las lesiones en esta área pueden conllevar complicaciones adicionales, afectando no solo el ligamento sino también meniscos, produciendo edemas de hueso e incluso fracturas. «Muchas veces nos centramos exclusivamente en el ligamento, pero es importante considerar la posibilidad de lesiones acompañantes dentro de la rodilla», enfatiza Cuéllar.

La decisión entre optar por un tratamiento conservador o quirúrgico depende en gran medida del nivel de actividad física del paciente y de la gravedad de la lesión. Sin embargo, para atletas y personas jóvenes en general, la cirugía por medio de artroscopia se presenta como la mejor alternidad para garantizar una recuperación óptima y a largo plazo. Esta intervención, que suele implicar el uso de injertos autólogos de tendones del propio paciente, ha mostrado excelentes tasas de éxito.

El proceso de recuperación posquirúrgica puede ser largo, extendiéndose por periodos de tiempo que varían entre 8 a 10 meses. Cuéllar recalca la importancia de entender que, a pesar de que la rehabilitación demanda paciencia y esfuerzo, los resultados a largo plazo suelen ser muy satisfactorios, reduciendo significativamente el riesgo de futuras lesiones o molestias.

Mirando hacia el futuro, el objetivo es hacer las cirugías menos invasivas y facilitar recuperaciones más rápidas, permitiendo incluso que los pacientes puedan regresar a casa el mismo día de la operación. Aunque actualmente la mayoría de los pacientes aún requieren pasar una noche en observación, el camino parece claro hacia procedimientos que minimicen el impacto en la vida de los individuos y aceleren su retorno a las actividades cotidianas.

El doctor Cuéllar y su equipo en la Policlínica Gipuzkoa continúan a la vanguardia de estas técnicas, comprometidos con ofrecer tratamientos que no solo aborden las lesiones de manera efectiva sino que también garanticen un futuro más prometedor para sus pacientes. El video adjunto proporciona una visión más detallada sobre el proceso de trenzar e implantar un injerto de tendón, enfatizando el compromiso y la innovación constante en el campo de la traumatología.

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