En la isla volcánica de Lanzarote, donde el paisaje impone una belleza natural única, el icónico artista y arquitecto César Manrique marcó una pauta clara: la arquitectura debe ser un tributo al entorno, no una agresión. En este contexto, Villa Amonita emerge como un ejemplo destacado de cómo fusionar diseño contemporáneo con integridad ambiental, reflejando fielmente la filosofía de Manrique. El proyecto, realizado por el estudio de arquitectura checo OOOOX, fue merecedor de los APE Grupo Architecture Awards, subrayando su éxito en la unión entre paisaje y estructura.
Desarrollar Villa Amonita en Lanzarote presentó retos significativos debido a los recursos limitados y regulaciones estrictas de transporte. Sin embargo, el enfoque del equipo de OOOOX, liderado por la arquitecta Radka Valová, fue uno de respeto absoluto hacia el entorno. Previo al diseño, el equipo dedicó un año completo al estudio de la zona, investigando sus matices, identidad arquitectónica y conexión con el entorno natural. Este compromiso personal garantizó que el proyecto honrara la esencia volcánica de la isla y se integrara sin fisuras con el paisaje.
La conceptualización de Villa Amonita como una continuación del terreno volcánico se materializa en muros de piedra de lava que dialogan visiblemente con el entorno, marcando una conexión entre lo natural y lo moderno. La arquitectura respeta tanto las formas como los colores del terreno, reflejando e intensificando la belleza del paisaje circundante. El uso de colores tradicionales de la isla, como el blanco y el verde, junto con materiales locales, ancla el proyecto dentro de la tradición cultural de Lanzarote, al tiempo que señala la influencia duradera de Manrique.
Un elemento crucial de la villa es la utilización de cerámica de APE Grupo, especialmente en baños y áreas húmedas, donde pequeñas piezas de cerámica en color verde intenso evocan la herencia artística de la isla. Este material no solo aporta vitalidad a los espacios, sino que también es funcional y resistente a las condiciones climáticas locales, según explica Valová.
La renovación de la villa, originalmente construida en el año 2000, incluyó ajustes en su diseño interior para maximizar la funcionalidad y crear una fluida transición entre el interior y el exterior. Los espacios al aire libre, como la terraza con cocina de barbacoa, comedor y piscina, permiten a los residentes disfrutar plenamente del clima constante de la isla. Las terrazas abiertas y patios interiores refuerzan esta conexión, permitiendo que la luz y el paisaje se integren como protagonistas del espacio habitable.
Este proyecto se basa en un principio elemental de conexión con la tradición local. La meticulosa selección de materiales y diseño asegura una integración total con el paisaje de Lanzarote, respetando su huella cultural y natural. En palabras de Valová, «Cuando eres el arquitecto, debes realizar un ejercicio muy estricto en el proyecto, respetando al máximo el entorno». Esta rigurosidad y respeto guían la atención al detalle que muestra Villa Amonita, un tributo a Lanzarote y su extraordinaria belleza natural.