La relación entre la medicina estética y las redes sociales se ha convertido en un tema de creciente interés en la sociedad actual, especialmente por cómo la última impacta en las decisiones y percepciones de belleza de las personas. En la era digital, con una proyección de alcanzar los 5.400 millones de usuarios de redes sociales en todo el mundo para 2025 –43 millones de ellos en España según datos de Statista–, se hace imperativo analizar este fenómeno.
Las redes sociales, si bien son plataformas de comunicación y socialización masiva, distan mucho de ser un reflejo fidedigno de la realidad. Esto es especialmente relevante en el ámbito de la medicina estética, donde la representación y promoción de procedimientos y resultados puede distorsionar las expectativas y percepciones de los pacientes. Es crucial, por ende, que los profesionales de este campo enfaticen la importancia de una comunicación honesta y basada en información contrastada.
IBSA Derma, una división especializada en dermoestética, ha profundizado en la influencia de las redes sociales en la medicina estética, notando una polarización en la concepción de la belleza: por un lado, una inclinación hacia la belleza natural y única de cada individuo, y por otro, la tendencia a idolatrar estándares de belleza poco realistas y homogéneos, dictados por las modas virales en plataformas digitales. Estos ideales de belleza, que destacan rasgos físicos específicos como narices pequeñas y rectas, mandíbulas definidas, pómulos elevados y labios voluminosos, están posiblemente distanciándose de los parámetros de belleza real y alcanzable por la mayoría.
El mayor peligro radica en la desinformación y la trivialización de los procedimientos estéticos, con alrededor del 85% de contenido en Instagram sobre el tema divulgado no por profesionales médicos, sino por influenciadores y creadores de contenido. Esta realidad es aún más preocupante al considerar que a las clínicas acuden pacientes cada vez más jóvenes, desde edades tan tempranas como los 22 años, sugiriendo una profunda influencia de las redes en la percepción individual y colectiva de la belleza y el bienestar físico.
Las mujeres, principales consumidoras de tratamientos estéticos, enfrentan en varias etapas de su vida cambios fisiológicos que pueden afectar su autoestima y bienestar psicológico. La medicina estética puede ofrecer soluciones a estas inquietudes, siempre que se aborden desde un punto de vista ético y responsable, enfocándose en la salud y la satisfacción del paciente más allá de seguir tendencias estéticas pasajeras.
En este contexto, IBSA Derma ha lanzado la campaña ‘AestEthics’ y publicado un libro titulado «Estética: Diálogo Internacional sobre la relación entre medicina, belleza y ética», enfatizando su compromiso con promover una práctica ética de la medicina estética. La iniciativa busca fomentar el conocimiento científico riguroso sobre los tratamientos estéticos, contrastando la narrativa frecuentemente superficial y distorsionada de las redes sociales, como parte de su esfuerzo por recalcar la importancia de perpectivas realistas y responsables en el campo estético.
La relación entre la medicina estética y las redes sociales, por tanto, es compleja y multifacética, reservando un desafío tanto para profesionales del sector como para los usuarios de estas plataformas digitales. Se hace indispensable una aproximación crítica y educada hacia la información que se consume en línea, especialmente cuando esta afecta decisiones relacionadas con la salud y la autoimagen.