Innovación clave de Schaeffler: los 200 millones de volantes de inercia bimasa mejoran el confort de conducción y confieren una mayor fluidez de desplazamiento en vehículos de todo el mundo

Schaeffler: perfeccionamiento del principio básico del volante de inercia bimasa

El volante de inercia bimasa (dual-mass flywheel, DMF) es un sistema de muelles/amortiguación integrada que favorece la fluidez de desplazamiento, reduce el ruido del motor y ayuda a ahorrar combustible en vehículos de combustión interna e híbridos. Schaeffler introdujo por primera vez en el mercado esta innovación pionera en 1985 con el objetivo de mejorar significativamente el confort acústico y de conducción. Desde entonces, la motion technology company ha suministrado más de 200 millones de unidades a fabricantes de vehículos por todo el mundo.

«El volante de inercia bimasa es un excelente ejemplo de cómo Schaeffler hace historia en la automoción. Lo que empezó hace unos 40 años como una ingeniosa idea para amortiguar las vibraciones de los motores de gasolina, hoy en día todavía es una solución eficaz para mejorar el confort de conducción de los vehículos y reducir tanto el consumo de combustible como las emisiones de CO2», ha dicho Matthias Zink, CEO Automotive Technologies de Schaeffler.

Schaeffler fabrica este producto de larga tradición para clientes de todo el mundo en sus plantas de Bühl (Alemania), Szombathely (Hungría) y Taicang (China). Solo la planta de Bühl, cuna del volante de inercia bimasa, ha fabricado más de 100 millones de unidades del producto desde que arrancó la producción.

Éxito de mercado gracias al perfeccionamiento técnico constante
Schaeffler desarrolló el volante de inercia bimasa en la planta de Bühl en los años 80, como resultado final de un intenso y minucioso trabajo. El gran avance comercial se produjo en 1989 con la incorporación del amortiguador de muelle de arco, que no solo mejoró el rendimiento del volante de inercia, sino que también redujo el coste del sistema completo. Aunque la masa primaria del volante era originalmente de acero fundido o forjado, el conocimiento de Schaeffler en el conformado de metales pronto le permitió fabricar todos los componentes, excepto la masa secundaria, a partir de piezas de chapa conformada. De este modo, se consiguió que el sistema fuese más ligero y se sentaron las bases para el uso generalizado del volante de inercia bimasa.

Aislamiento efectivo de las vibraciones torsionales
Instalado entre el motor y la transmisión, el volante de inercia bimasa evita que las vibraciones torsionales derivadas de la explosión en el motor se propaguen a lo largo de la transmisión. El secreto está en la masa del amortiguador de péndulo centrífugo del volante de inercia bimasa, que ejerce una fuerza contraria al sentido de giro del motor. Consigue así anular casi por completo las vibraciones de torsión generadas por el motor, lo que aporta importantes ventajas, sobre todo cuando se conduce con regímenes del motor más bajos. Asimismo, el sistema absorbe con mucha eficacia el ruido procedente del motor. El volante de inercia bimasa no solo es un elemento de confort, sino que también reduce el consumo de combustible, ya que permite, por ejemplo, conducir en la gama baja de revoluciones, más eficiente en términos de consumo, con lo que también modera las emisiones de CO2.

En resumen, el volante de inercia bimasa de Schaeffler es una tecnología revolucionaria que ha sido perfeccionada a lo largo de los años, brindando importantes beneficios en términos de confort, eficiencia y reducción de emisiones en vehículos de combustión interna e híbridos. Esta innovación continúa marcando el camino en la industria automotriz y refleja el compromiso de Schaeffler con la excelencia técnica y la sostenibilidad.

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