Inmigrantes marroquíes y libios en Castilla-La Mancha piden apoyo ante el seísmo y las inundaciones en sus países de origen

Marroquíes y libios asentados en C-LM viven con "angustia" el seísmo de Marruecos y las inundaciones de Libia

Los marroquíes y libios que residen en Castilla-La Mancha están experimentando un profundo dolor, impotencia y angustia a raíz del reciente terremoto en Marruecos y las inundaciones en Libia, ya que tienen familiares y amigos afectados por estas tragedias.

Aunque no se tiene constancia de la llegada de inmigrantes de estos países a la región por el momento, Braulio Carlés, responsable regional de Accem en Castilla-La Mancha, ha solicitado un mayor apoyo por parte de los países desarrollados en el lugar de origen para evitar que la población se vea obligada a abandonar sus países.

En declaraciones a Europa Press, Carlés no duda de que el terremoto en Marruecos y las inundaciones en Libia provocarán un aumento en la llegada de inmigrantes a países desarrollados como España, por lo que insiste en la necesidad de políticas migratorias «ordenadas y generosas» y de ayudar a estas personas no solo cuando lleguen, sino antes de que salgan.

«Es el momento adecuado para organizar las políticas migratorias con mayor generosidad y desarrollar planteamientos más solidarios», enfatiza el responsable de Accem, quien considera que esto implica pensar en las ayudas tanto en el lugar de origen como en el lugar de destino.

En su opinión, este hecho no debería ser visto como una alarma, sino como una realidad a la que debemos hacer frente, ya que «no se puede permitir que la gente muera en el mar». Esto implica que los países desarrollados deben enfrentar esta situación y ser «mucho más generosos».

Carlés insta a la sociedad que vive en países desarrollados a adoptar una perspectiva global, ya que «hay mucha gente que está sufriendo mucho». Por lo tanto, considera que es necesario actuar lo antes posible. «Si no se hace por generosidad, que se haga por egoísmo», subraya.

«No se trata de cerrar las puertas ni de permitir que todos vengan, porque no hay capacidad», reitera. Además, lamenta las actitudes hipócritas de aquellos que están dispuestos a ayudar, pero mantienen a las personas afectadas a una distancia segura.

En resumen, es esencial que los países desarrollados brinden más apoyo en origen para evitar que la población se vea obligada a emigrar. Además, se requieren políticas migratorias más ordenadas y generosas, así como una mayor solidaridad por parte de la sociedad global. La crisis en Marruecos y Libia debe abordarse de manera urgente y con una mentalidad que priorice el bienestar de todos.

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