La limpieza de la campana extractora puede ser una tarea engorrosa para muchos, especialmente cuando se acumulan grasas y residuos de cocción. Sin embargo, existe un truco sencillo y eficaz para mantenerla impecable utilizando ingredientes que todos tenemos en la cocina.
Para comenzar, es importante desmontar los filtros metálicos de la campana. Estos son conocidos por acumular la mayor parte de la grasa y requieren una limpieza profunda. Coloca los filtros en el fregadero y añade agua caliente hasta cubrirlos. A continuación, vierte una taza de bicarbonato de sodio y media taza de vinagre blanco. La reacción química entre estos dos elementos aflojará la grasa y eliminará los olores desagradables.
Deja que los filtros reposen en esta mezcla durante al menos 30 minutos. Mientras tanto, prepara una pasta con bicarbonato de sodio y agua para utilizarla en la superficie de la campana extractora. Con una esponja no abrasiva, frota la pasta en todas las áreas, prestando especial atención a las manchas de grasa más rebeldes. El bicarbonato actuará como un abrasivo suave que no dañará el acero inoxidable ni la pintura.
Una vez transcurrido el tiempo, usa un cepillo de dientes viejo o un cepillo pequeño para limpiar los filtros. Frota enérgicamente hasta que notes que la grasa empieza a desprenderse con facilidad. Enjuaga bien con agua caliente y deja secar completamente antes de volver a colocarlos en la campana extractora.
Finalmente, para un acabado brillante y libre de manchas, humedece un paño limpio con vinagre blanco y pásalo por toda la superficie de la campana. El vinagre ayuda a eliminar cualquier residuo de bicarbonato y deja un brillo impecable.
Este sencillo truco no solo asegura una campana extractora reluciente, sino que también utiliza productos naturales que cuidan de nuestro entorno y salud. Olvídate de los productos químicos agresivos y disfruta de una cocina fresca y limpia con ingredientes que probablemente ya tienes a mano.