El Gobierno regional trabaja en acciones para presumir de los mejores vinos de excelencia de Castilla-La Mancha también desde la restauración

El Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja en acciones concretas para que se pueda “presumir” de los mejores vinos de la región, sobre todo los de “excelencia”, en las cartas de todos los restaurantes y que se transmita esa calidad a los consumidores, siendo “el gran reto que por delante se tiene en el sector del vino”.

Así lo ha expresado el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, quien hoy ha asistido a la presentación del curso ‘El vino y su servicio’ en Toledo, en la que ha estado acompañado por la directora y el presidente de la Escuela de Hostelería de Toledo, Ángela Fernández y Adolfo Muñoz, respectivamente, donde ha trasladado este mensaje a los alumnos, futuros profesionales que quieren desarrollar su actividad en  grandes, medianas y pequeñas empresas de restauración, como jefes de comedor o sumiller, por ejemplo, o en el ámbito del comercio de vinos ya sea en la venta directa, la distribución o la asesoría y que serán los que “hablen de lo nuestro” y puedan “orientar” a los clientes a la hora de elegir un vino.

Además ha lamentado que en muchos restaurantes de Castilla-La Mancha se ofrezcan “vinos de menor calidad de los que existen en la región” incluidos en las cartas, solo porque van bajo el amparo de denominaciones de otras comunidades autónomas que sí son identificadas por el consumidor.

Martínez Arroyo ha destacado que Castilla-La Mancha cuenta con un total de nueve denominaciones de origen vitivinícolas de Castilla-La Mancha, La Mancha, Valdepeñas, Manchuela, Ribera del Júcar, Méntrida, Mondéjar, Uclés, Almansa y Jumilla, y cada vez que se vende una botella de vino de una de ellas  “estamos haciendo Castilla-La Mancha”, porque con ello “se genera cinco veces más renta que si se vende un producto sin indicación geográfica y sin el conocimiento del origen”.

De esta forma, ha resaltado, que “tenemos excelentes productos y muchas veces los consumidores no los conocen” y este hecho “lo va a cambiar el Gobierno regional”, con por ejemplo, un proyecto de fomento de la cultura del vino que se desarrollará en los próximos meses con la Interprofesional del Vino de España y la Fundación ‘Tierra de Viñedos’, en el que estarán implicados desde la hostelería, hasta los medios de comunicación, a través de diferentes acciones como catas en los municipios, para conseguir que “los consumidores, cuando elijan un vino, sea siempre de Castilla-La Mancha”.

100.000 euros por proyecto para llevar productos de forma directa a los consumidores

Además, este mes de noviembre, el Ejecutivo sacará una novedosa convocatoria, la de canales cortos de comercialización, que permitirá a los profesionales del sector acercar sus productos de forma más directa, como mucho con un intermediario, a los consumidores, y del que se beneficiarán todos los productos de la región, desde el propio vino, como otros tales como el azafrán de La Mancha, el cabrito celtibérico, la ternera del Valle de Alcudia, la nuez de Nerpio, o la judía pinesa, “productos poco reconocidos por los consumidores y muy vinculados a Castilla-La Mancha” y que en ocasiones pierden valor añadido al existir más eslabones de distribución entre quien lo produce y quien lo termina consumiendo.

Esta ayuda, no está reñida, ha destacado, con las otras fórmulas tradicionales de comercialización de la industria agroalimentaria que posibilita llegar también a aquellos mercados nacionales o internacionales.

De esta forma, por ejemplo, se facilitará, con una ayuda de 100.000 euros por proyecto, que un agricultor o ganadero y un hostelero se pongan de acuerdo para que los productos sean incluidos en la carta, lo que permitirá que “mantengamos productos tan nuestros que son las esencia de esta tierra y a veces no llegan a los consumidores y es necesario que lo hagan”, incluido el vino.

El curso ‘El vino y su servicio’ que hoy ha sido presentado, se desarrolla en la Escuela de Hostelería de Toledo, tiene un total de 110 horas de duración, y está subvencionado por la Consejería de Agricultura y la Fundación Impulsa, contando con acreditación oficial.

Se trata de un módulo profesional que contiene la formación necesaria para el desempeño de actividades relacionadas  con  la  cata  y  servicio  de  vinos  tanto  en  restaurante  como  en  cualquier  establecimiento  público dedicado a la venta o promoción del vino, funciones de aprovisionamiento y demás servicios, así como algunas subfunciones relacionadas con la organización de unidades de producción, tales como la determinación de las ofertas de vinos sencillas en el ámbito del sector de la restauración.

En la presentación de hoy, además de la directora y el presidente de la escuela, junto al consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, han estado presentes, entre otros, el director general de Industrias Agroalimentarias y Cooperativas, Gregorio Jaime; el director provincial en Toledo, José Luis Rojo o el director gerente de la Fundación Impulsa, Gabriel González.

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