El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha sido reelegido este viernes por unanimidad como presidente de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) para los próximos dos años, a lo largo de la XXVI Sesión Plenaria de esta organización, que ha tenido lugar en la localidad austriaca de Hainburg an der Donau.
García-Page, quien accedió a la Presidencia el pasado año en sustitución del italiano Sergio Chiamparino y que cuenta con el apoyo de todas las Comunidades Autónomas españolas en esta labor, ha considerado este nuevo mandato como una oportunidad “muy positiva” para Castilla-La Mancha “porque nos mete de lleno en las decisiones y en la interlocución con la UE”.
Asimismo, ha destacado la importante labor que desarrolla esta organización en un continente donde el vino “resulta determinante, pues Europa supone la gran región vitivinícola del mundo en producción, consumo y en singularidades”. De igual manera, ha puesto de relieve la significación que tiene para Castilla-La Mancha, “donde casi llevamos el vino en el ADN y forma parte de nuestro sector agroalimentario más potente, y con récord de exportaciones en este momento”.
Por otro lado, el presidente de la AREV ha recordado que este organismo “ha atravesado una crisis derivada de la propia crisis económica mundial” y que ha sufrido “varios problemas de gestión económica y una importante falta de motivación y de estrategias”, pero en el primer año de mandato castellano-manchego “hemos conseguido ponerla en orden”, una labor que ha atribuido especialmente a la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
De cara al futuro, ha explicado, es importante conseguir que la AREV “sea lo más eficaz y exigente en sus relaciones con Europa” para alcanzar mejores regulaciones y mejores cuotas de libertad comercial, “especialmente ahora que estamos en plena batalla con la libertad comercial con Estados Unidos”. Para ello -ha garantizado-, su Presidencia seguirá trabajando para defender los sectores vitivinícolas, a los productores y cooperativas, “y lo haremos desde el punto de vista institucional”.
Durante la Sesión Plenaria de la AREV, han acompañado al presidente: el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; el representante de los viticultores españoles, Ángel Villafranca; el viceconsejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Comunidad Valenciana, Francisco Rodríguez Mulero; la presidenta del estado federado de Baja Austria, Johanna Milk-Leitner; el alcalde de la localidad, Karl Kindl; y el secretario general de AREV, Alain D´Anselme.
Treinta años de trabajo a favor del vino europeo
La Asociación de Regiones Europeas Vitivinícolas (AREV), que celebra además este año el XXX aniversario de su constitución, funciona como un parlamento europeo de la viña y el vino donde se examina conjuntamente la política vitivinícola europea y se escuchan las opiniones de los representantes políticos regionales y de los representantes de las zonas de producción.
Además de Castilla-La Mancha, otras siete regiones españolas constituyen la AREV: La Rioja, Cataluña, Castilla y León, País Vasco, Andalucía, Madrid y Galicia. De ellas, Cataluña y La Rioja han ocupado anteriormente la Presidencia de la AREV. Les acompañan el resto de regiones europeas, procedentes de más de una docena de países, entre ellos Francia, Italia o Portugal, principales productores de vino en la UE que, en conjunto, representan el 45 por ciento de las superficies vitícolas, el 65 por ciento de la producción, el 57 por ciento del consumo mundial y el 70 por ciento de las exportaciones en términos globales.
Un año cargado de éxitos
Este primer año de Presidencia, en el que la estrecha colaboración entre todas las regiones que forman parte de la AREV ha sido una línea constante en el trabajo que ha liderado Castilla-La Mancha, ha servido para alcanzar importantes logros. Entre ellos, destaca la reorganización de los medios de la AREV, con el traslado de la sede operativa desde la localidad francesa de Châlons-en-Champagne hasta Bruselas, centro de decisión real en la Unión Europea.
Igualmente importante ha sido la readmisión de algunas regiones que en su momento abandonaron la AREV, como la Comunidad Valenciana, así como el nuevo ingreso de Moldavia y Macedonia del Norte. También se han abordado temas de interés para las regiones vitícolas europeas, en particular el etiquetado de los vinos y los acuerdos comerciales internacionales en la materia, y se ha participado en múltiples reuniones políticas y profesionales en el marco sectorial vitícola europeo.
Por otro lado, se han mantenido varios encuentros con parlamentarios europeos miembros del lntergrupo Viticultura, así como con responsables regionales y personalidades profesionales vitícolas, y se ha mostrado el apoyo a la candidatura española a la Dirección General de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Nuevos planes para el próximo bienio
Castilla-La Mancha trabajará durante los próximos dos años en el fomento socioeconómico del sector vitivinícola europeo, en una mayor visibilidad y reconocimiento ciudadano, y en unas mayores cuotas de mercados mundiales para los vinos europeos. Para ello, se seguirá apostando por revitalizar la AREV y se incentivará a todas las regiones vitícolas europeas para formar parte de la Asamblea.
Asimismo, existe el compromiso de incidir en la interlocución con la CE para incluir en la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) las cuestiones relativas al vino y defender los intereses de los viticultores en aspectos sensibles como el etiquetado del vino, y de adquirir una mayor capacidad de influencia ante las instituciones europeas, nacionales y regionales, mediante la intensificación de los contactos profesionales y políticos.
Por otro lado, se profundizará en el conocimiento sobre las operaciones o sistemas de cultivo que puedan suponer una mejora de la sostenibilidad medioambiental del sector vitivinícola y se brindará la colaboración de la AREV a las regiones vitícolas de Europa, dentro del ámbito de los productores mundiales de vino mediante la promoción, distinción y valoración de los vinos europeos, la valoración social del “modo de hacer europeo” y la defensa de los sistemas vigentes en materia de figuras de calidad, como las denominaciones de origen o las indicaciones geográficas protegidas.