El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, muestra su compromiso de seguir anteponiendo los intereses regionales a los de su partido, una actitud que no es nueva, “pues así lo he hecho en todo momento”, y que tiene intención de seguir llevando a cabo con el recién estrenado Ejecutivo central. Para García-Page, su determinación de seguir una línea coherente en las exigencias de la Comunidad Autónoma “será muy clara”, sobre todo en temas de especial relevancia para esta tierra como el agua.
Así, y tras lamentar la actitud de la ex presidenta regional, María Dolores de Cospedal, quien teniendo “mando en plaza” aprovechó para “servir a sus intereses como secretaria general del PP” en lugar de defender los intereses hídricos de Castilla-La Mancha, garantiza que él seguirá manteniendo con el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “las mismas posiciones que he mantenido con Rajoy, como ya hicimos con Zapatero y con todos los demás gobiernos”.
Durante una entrevista concedida esta semana al diario La Tribuna de Toledo, García-Page repasa algunos de los aspectos más relevantes de estos tres años de legislatura, en los que se ha tenido que enfrentar a un “escenario de permanente inestabilidad alrededor”, con dos procesos de elecciones generales en un solo año, “con los ataques del PP, la coyuntura interna de mi partido, la debilidad presupuestaria o el ataque de Podemos hace un año”, a pesar de lo cual, “la gestión hacia la ciudadanía es de absoluta normalidad”, se ha felicitado.
En este sentido, el jefe del Ejecutivo autonómico recuerda que los servicios públicos castellano-manchegos “van hoy infinitamente mejor que hace tres años”, que se está cumpliendo con la ortodoxia financiera, siendo además la Administración “que paga más pronto de toda España”, o que se han reestablecido por completo “todas las coordenadas de diálogo social con sindicatos y empresarios”. Y todo ello –añade– “lo hemos hecho desde una honestidad elemental” que ha llevado a que la ciudadanía aprecie en este Gobierno “estabilidad y normalidad”.
Por ello, asegura que a estas alturas ya tiene garantizado cumplir su programa electoral “e incluso sobrepasarlo”, y señala que el pacto de investidura que firmó en 2015 con Podemos es ahora ya un “pacto presupuestario”, después de que la formación morada lo “diese por muerto” el pasado año y sin que haya habido ninguna negociación posterior.
Un hecho que, a su juicio, puede ser a la postre “una liberación para mí”, a pesar de lo cual muestra su intención de “no provocar ninguna ruptura en el Gobierno” y de seguir alcanzando acuerdos, pues se considera un firme partidario de la estabilidad.
Un nuevo Gobierno con un “claro sello ambiental”
El presidente García-Page también se refiere al “claro sello ambiental y de compromiso de nueva época” con el que nace el nuevo Ejecutivo central, y que tiene en el Ministerio de Transición Ecológica su máximo exponente. “El propio nombre ya dice mucho en sí mismo”, considera, antes de mostrar su convencimiento de que la perspectiva de la gestión del agua en el medio y largo plazo “tiene que ser muy distinta” a partir de ahora.
Asimismo, se refiere al cementerio nuclear proyectado en Villar de Cañas (Cuenca), al que el Gobierno de Rajoy tenía pensado destinar una inversión de 145 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado. Un montante que, según García-Page, “se iría a la basura” si se destina a este fin y que bien podría invertirse para hacer frente a la deuda que hay con la Dependencia “o a mejorar muchas medidas sociales”.
Para García-Page, el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares de Villar de Cañas es “un claro error” que obedecía “a intereses estrictamente de algunos” y que puede costarle “muy caro” en términos económicos al Gobierno de España, “que no está precisamente como para enterrar el dinero”. Por ello, será de los primeros asuntos que plantee al nuevo Gobierno de la Nación, pues “no se trata de que se tengan o no que gestionar los recursos nucleares, eso nadie lo discute. Es dónde y cómo se hace lo que sí está en discusión”.
Cospedal debe seguir los pasos de Rajoy
En otro orden de cosas y preguntado por el futuro de María Dolores de Cospedal tras la moción de censura que ha terminado con el Gobierno del Partido Popular, García-Page considera que para la mayoría de la ciudadanía sería “bastante difícil” imaginar que Cospedal “no fuera en el lote de Rajoy”.
Por ello, subraya que, si dentro del PP quieren apostar “no por renegar de su pasado, pero sí por pasar página, parece evidente que la dimisión de Rajoy no debe ser la única”.