A medida que el fango se convierte en polvo en los pueblos valencianos tras el paso de la Dana, los afectados por la catástrofe buscan reconstruir sus vidas. Las urgencias iniciales han dado paso a necesidades más complejas, como el acceso a ayudas estatales, la reparación de propiedades, el tratamiento médico y el apoyo psicológico. En respuesta a esta crisis, la Fundación Madrina ha lanzado la iniciativa MadrinaSOS, una línea de atención permanente y gratuita, para canalizar ayuda a través del número 900 670 353.
Esta línea, establecida en colaboración con la Fundación Konecta, proporciona un mecanismo para que los damnificados puedan comunicar sus necesidades y recibir apoyo efectivo. Equipos de teleoperadoras están disponibles las 24 horas para redirigir a las personas al departamento adecuado y personalizar la ayuda según sus necesidades. La Fundación también ha puesto en marcha un refugio en Almenara, Castellón, para ofrecer alojamiento seguro a familias monoparentales que han perdido sus hogares.
La residencia proporcionada por la Congregación Hermanas Angélicas, equipada con todas las comodidades necesarias, acogerá a las familias a partir de diciembre. Este proyecto cuenta con el apoyo de la comunidad local y busca evitar que las familias vuelvan a áreas de riesgo de inundación. Conrado Giménez Agrela, presidente de la Fundación Madrina, destaca la importancia de ofrecer un lugar seguro a estos núcleos familiares vulnerables.
Además, la Fundación lanza el programa «Familia salva familia», permitiendo que familias y comunidades de toda España acojan a los afectados temporalmente. La iniciativa, parte del Programa Pueblos Madrina, busca ofrecer un entorno seguro y prevenir futuros desastres. La línea MadrinaSOS también recibe solicitudes de potenciales familias acogedoras.
El impacto emocional de la tragedia es profundo. El equipo social de la Fundación, que ha trabajado en la zona cero, ha observado una gran carga psicológica en los sobrevivientes. Síntomas como insomnio reflejan el trauma vivido. Para mitigar estos efectos, la Fundación está desarrollando programas de atención psicológica a largo plazo. Este enfoque busca asegurar el bienestar emocional y ofrecer un soporte continuo a las familias afectadas.
La recolección de donaciones sigue activa en el Banco del Bebé en Madrid y se invita a la ciudadanía a contribuir. Se necesitan productos de higiene y alimentación infantil, alimentos no perecederos y artículos de emergencia. Además, cualquier persona que desee contribuir económicamente puede hacerlo a través de Bizum y en cuentas bancarias designadas.
La Fundación Madrina también llama a la acción a voluntarios, especialmente del sector sanitario y psicológico, para sumarse a las labores de apoyo en Valencia. La solidaridad y el esfuerzo conjunto son elementos cruciales en este proceso de reconstrucción, asegurando que las víctimas de la Dana reciban el soporte necesario para rehacer sus vidas.