Expertos de Quironprevención Revelan Clave para Bienestar Integral: La Importancia de la Vitamina D en la Salud Física y Mental

Con la bienvenida del verano y los días más largos y soleados, es común experimentar una mejora en el estado anímico, algo que muchos atribuyen al inicio de las vacaciones y las actividades al aire libre. Sin embargo, detrás de esta sensación de bienestar se encuentra un componente esencial que nuestro organismo recibe del sol: la vitamina D.

Esta vitamina, que es sintetizada por nuestras células cuando se exponen a la luz solar, desempeña un papel crucial en nuestro bienestar emocional. Aunque ciertos alimentos como el salmón o los huevos pueden aportar vitamina D, es la exposición al sol la que realmente incrementa sus niveles en el cuerpo de manera significativa.

Los especialistas del equipo de Psicología de Quironprevención enfatizan la importancia de disfrutar del sol de forma responsable para mejorar nuestro bienestar emocional. Según explican, un nivel óptimo de vitamina D en la sangre puede reducir el estrés y la ansiedad, además de mejorar el estado de ánimo. Por el contrario, niveles bajos de esta vitamina están asociados con la depresión y el síndrome premenstrual.

Este vínculo entre la vitamina D y la salud mental es particularmente evidente en países del norte de Europa, donde la menor exposición solar se correlaciona con tasas más altas de depresión y enfermedades mentales. Es por ello que se considera la deficiencia de vitamina D como un factor contribuyente.

Más allá de los beneficios emocionales, la vitamina D es fundamental para la salud física. Contribuye a la salud ósea y estudios recientes indican que mantener niveles adecuados de esta vitamina podría estar relacionado con una menor incidencia de enfermedades crónicas, incluyendo ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Para cosechar los beneficios de la vitamina D sin exponerse a los peligros del sol en exceso, desde Quironprevención recomiendan una exposición solar moderada y controlada. Durante el verano y la primavera, bastan entre 10 y 15 minutos de sol al día en las horas menos intensas; en otoño, se necesitan unos 30 minutos, y en el invierno, el tiempo se extiende hasta aproximadamente 130 minutos. Es importante destacar que la necesidad de exposición solar varía según el tono de piel, y que disfrutar de la luz natural es clave no solo para prevenir enfermedades mentales y fortalecer los huesos, sino también para el bienestar general al promover la actividad física y el contacto con la naturaleza.

En definitiva, mantener un nivel óptimo de vitamina D es esencial para nuestra salud física y mental, y la llegada del buen tiempo es una oportunidad perfecta para reponer nuestras reservas de este valioso nutriente.

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