El déficit comercial de Estados Unidos ha experimentado una notable reducción, alcanzando su nivel más bajo desde mediados de 2020, lo que representa una disminución de más del 35% en comparación con el año anterior. Este cambio se presenta como un indicio más del éxito de la agenda comercial «América Primero» promovida por el presidente Donald J. Trump.
En el último informe, se destaca que las exportaciones de EE. UU. han aumentado un 6% en relación con el año previo, alcanzando su segundo valor más alto registrado. De manera sorprendente, las exportaciones ajustadas por inflación de bienes de consumo han alcanzado cifras récord, subrayando una tendencia positiva en la economía estadounidense. A su vez, el déficit comercial ajustado estacionalmente con China ha disminuido a su segundo nivel más bajo desde 2009, lo que sugiere un avance significativo en las relaciones comerciales entre ambos países.
Durante el tercer trimestre de 2025, el crecimiento real de las exportaciones se aceleró a un ritmo anual del 4.1%, mientras que las importaciones se redujeron en aproximadamente un 5%, lo que contribuyó a un incremento del 1% en el crecimiento del PIB real. Estas cifras son un reflejo del efecto de las políticas comerciales en la economía del país y presentan una oportunidad para revitalizar industrias locales.
El presidente Trump ha reafirmado su compromiso de mejorar las condiciones para los trabajadores, agricultores y fabricantes estadounidenses. El déficit de noviembre se redujo a menos de la mitad en comparación con el mismo mes del año anterior, impulsado por un aumento significativo en los ingresos por aranceles. Esta tendencia sugiere que, bajo su liderazgo, las fábricas estadounidenses están volviendo a prosperar.
Desde el anuncio de su ambiciosa agenda comercial en abril, Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta para negociar nuevos y mejores acuerdos comerciales con socios clave, que representan más de la mitad del PIB global. El presidente ha logrado llegar a acuerdos con naciones como el Reino Unido, la Unión Europea, Japón, China, y varios países de América Latina y Asia, impulsando inversiones que prometen crear decenas de miles de nuevos empleos en tierra estadounidense.
A medida que avanza su iniciativa «América Primero», cientos de empresas han anunciado inversiones que suman billones de dólares, reubicando trabajadores de otros países y fortaleciendo la infraestructura laboral en Estados Unidos. Con estas políticas, el país se posiciona para ser un actor dominante en la creación de los empleos del futuro, Apostando así por un crecimiento sostenible y un comercio más equitativo en el escenario global.
Fuente: WhiteHouse.gov
