Las colaboraciones internacionales en el ámbito de la ciencia continúan superando fronteras, y el proyecto del Observatorio SKA es un claro ejemplo de ello. Este ambicioso esfuerzo, que involucra a países de todos los continentes, se centra en la construcción de dos de los radiotelescopios más avanzados del mundo, ubicados en Sudáfrica y Australia. Estos instrumentos están destinados a ampliar nuestra comprensión del universo mediante el uso de tecnología de vanguardia y la cooperación global.
El subreflector, una de las piezas clave de las antenas parabólicas utilizadas en el Observatorio SKA, está diseñado para optimizar la recepción de señales astronómicas. Con una estructura de 4,5 metros, fabricada con materiales compuestos y metalizados, el subreflector juega un papel crucial al concentrar las señales captadas por el reflector principal. Este componente exige altos niveles de precisión tanto en sus propiedades electromagnéticas como mecánicas.
El desafío tecnológico de diseñar y construir estos subreflectores ha sido asumido por empresas líderes como EOSOL y COMPOXI. Gonzalo Crespo, uno de los responsables del proyecto SKA en EOSOL, expresó la emoción y el sentido de responsabilidad que supone formar parte de esta aventura científica. Su colaboración con SKAO, la organización intergubernamental responsable del Observatorio SKA, destaca la confianza depositada en sus capacidades para afrontar los retos del proyecto.
Mark Harman, director del proyecto SKAO Dish, subraya la importancia del subreflector dentro del sistema de antenas parabólicas. Destaca su función crucial para reflejar con precisión débiles señales astronómicas, además de la resistencia necesaria para enfrentar condiciones ambientales adversas. Harman se mostró impresionado por las capacidades de EOSOL y COMPOXI, y manifestó su entusiasmo por trabajar junto a ellos mientras avanzan hacia las fases de construcción.
La misión del SKAO no se reduce únicamente a la exploración científica. También está comprometida con aportar beneficios a la sociedad a través de la innovación tecnológica y la colaboración global. El impacto de sus descubrimientos y tecnologías podría contribuir significativamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Esto se ve respaldado por el financiamiento parcial de la Unión Europea, gestionado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, lo que demuestra el apoyo internacional a un proyecto de esta magnitud.
El Grupo EOSOL se destaca como un proveedor global de servicios de ingeniería tecnológica, con una amplia experiencia en la industria aeroespacial, mientras que COMPOXI lidera en el diseño y producción de estructuras de material compuesto para sectores espaciales y aeronáuticos. Ambos conglomerados aportan su experiencia en el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas, cruciales para el éxito del Observatorio SKA.
El SKAO, con sede en el Reino Unido, y sus radiotelescopios, se encuentran en la fase inicial de construcción. Se espera que las primeras observaciones científicas comiencen en 2026 con configuraciones parciales, con una expansión progresiva en los años siguientes. Conjuntamente, estos telescopios se preparan para explorar fronteras científicas inexploradas, contribuyendo al conocimiento humano sobre temas como la evolución de las galaxias y los orígenes de la vida.
Este proyecto monumental apuesta por el descubrimiento y el entendimiento, uniendo tecnología, ciencia y cooperación global en un solo objetivo: desvelar los misterios del universo.