Las tarifas impuestas por el presidente Donald J. Trump están comenzando a hacer efecto, impulsando a numerosas empresas a considerar la expansión de sus operaciones en Estados Unidos. Esta tendencia responde a la política del presidente, que prioriza el bienestar del trabajador estadounidense y busca mejorar la competitividad del país en el ámbito global.
CAMPARI, el grupo italiano de bebidas espirituosas, está evaluando opciones para aumentar su producción en EE. UU. Sin embargo, su nuevo CEO, Simon Hunt, asegura que buscan hacerlo sin perder la esencia de su cartera de marcas.
Por su parte, Compal Electronics, un fabricante taiwanés de laptops, ha mostrado interés en establecerse en el sur de EE. UU., mencionando a Texas como una de sus principales opciones. Aún no se han tomado decisiones definitivas, pero el CEO Anthony Peter Bonadero ha manifestado el interés en realizar una fuerte inversión.
En el ámbito de los productos de higiene, la sueca Essity ha señalado que podría trasladar parte de su producción a EE. UU. desde México y Canadá si se implementan nuevos aranceles. El CEO Magnus Groth hizo este comentario en enero, reflejando la preocupación del sector ante la política comercial vigente.
La industria automotriz también está alineándose con esta tendencia. Honda ha optado por fabricar su próximo modelo Civic híbrido en Indiana, eludiendo la producción en México para evitar posibles tarifas. Hyundai Motor, por su parte, ha anunciado planes para localiza más su producción en EE. UU., incluyendo la fabricación de vehículos híbridos en una nueva planta en Georgia.
Inventec, el fabricante taiwanés de servidores de inteligencia artificial, está evaluando ubicaciones para una inversión en EE. UU., favoreciendo a Texas por su cercanía a México y su infraestructura energética. LG Electronics también considera trasladar la producción de refrigeradores de México a su planta en Tennessee, consolidando su presencia en el mercado estadounidense.
LVMH, el conglomerado de lujo, ha declarado que está “seriamente considerando” aumentar su capacidad de producción en EE. UU. Mientras tanto, Samsung Electronics está explorando la posibilidad de mover la fabricación de secadoras desde su planta en México a Carolina del Sur.
Stellantis, la empresa matriz de Chrysler, avanza en la construcción de una nueva planta para la producción de camionetas en Belvidere, Illinois, mientras que Volkswagen está evaluando la creación de sitios de producción en EE. UU. para sus marcas premium Audi y Porsche, en respuesta a las tarifas.
Finalmente, Volvo Cars ha indicado que podría trasladar parte de su producción a EE. UU., dependiendo de la magnitud de las tarifas impuestas. Todos estos movimientos indican que el ambiente comercial está cambiando y que más empresas están cada vez más interesadas en fortalecer su presencia en el mercado estadounidense.
Fuente: WhiteHouse.gov