En la localidad de Molina de Aragón, ubicada en la provincia de Guadalajara, el personal de la residencia pública Santa Ana ha tomado la decisión de comenzar un conjunto de protestas y concentraciones. La razón principal de estas acciones es exigir la implementación de la subida salarial que, según el colectivo, les corresponde por derecho.
La residencia, que ofrece servicios de atención y cuidado a personas mayores y en situación de dependencia, se ha convertido en el epicentro de estas manifestaciones, convocadas principalmente por el descontento de los trabajadores ante la falta de aplicación de los incrementos salariales estipulados. El personal argumenta que esta actualización en sus remuneraciones es esencial, no solo para mejorar sus condiciones laborales, sino también para garantizar una calidad de servicio adecuada para los residentes que atienden día a día.
Los trabajadores y trabajadoras de Santa Ana consideran que la situación actual ha llevado a un punto crítico sus condiciones de trabajo. Ellos destacan que, aunque se han mantenido en sus puestos, incluso en los momentos más difíciles, como durante la pandemia de COVID-19, ahora se sienten desamparados por parte de las autoridades responsables de ejecutar este ajuste salarial.
Las protestas y concentraciones se llevarán a cabo en diferentes días y lugares estratégicos dentro del municipio, a fin de visibilizar su demanda y alcanzar un apoyo más amplio de la comunidad y de otros sectores públicos. Durante las primeras convocatorias, se han registrado gritos unánimes de «¡Justicia salarial ya!» y expresiones de frustración por lo que consideran un incumplimiento de los acuerdos previos.
Desde UGT Castilla-La Mancha, el sindicato que representa a estos trabajadores, se ha hecho un llamado a las autoridades competentes para que atiendan con urgencia esta situación y den una respuesta clara y satisfactoria al personal de la residencia. Subrayan que la reivindicación no solo es justa, sino también necesaria para preservar el bienestar de los trabajadores y, por ende, de los atendidos en la residencia.
A la espera de una respuesta oficial, las protestas continuarán con la esperanza de que se establezca un diálogo efectivo con las entidades responsables. Mientras tanto, el personal de Santa Ana sigue comprometido con su labor de cuidado, aunque ahora enfrentándose también al desafío de luchar por lo que califican como un derecho adquirido y no reconocido.
Fuente: UGT Castilla-La Mancha