“El Yoga debe ser considerado dentro de la Fisioterapia como otra modalidad de ejercicio terapéutico”

El 21 de junio se celebra el Día Mundial del Yoga, una disciplina milenaria que ayuda a las personas al desarrollo de destrezas físicas y mentales diversas. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) busca dar a conocer las aplicaciones del Yoga dentro de la Fisioterapia, dónde hay dos enfoques principales: preventivo y terapéutico. “El Yoga puede aplicarse en ambas perspectivas, es decir, tanto en pacientes que en el momento sufran dolor musculo-esquelético, como en aquellos que quieran prevenir otras patologías a lo largo de la vida”, afirma Rubén Fernández, fisioterapeuta de COFICAM y personal Investigador Predoctoral en Formación (FPU 19/00167).

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En el sentido práctico de la aplicación terapéutica del Yoga, primero, como en cualquier prescripción de ejercicio terapéutico dentro de la fisioterapia, se debe hacer una evaluación y valoración global del paciente. Posteriormente,, “lo ideal sería concretar con nuestro paciente los objetivos y elaborar una guía o protocolo específico, individualizado y dinámico, que se adapte a las circunstancias de la evolución del paciente, con ejercicios y posturas de Yoga que llevarán asociada la conciencia corporal, el control del patrón respiratorio, la reeducación de los patrones alterados de movimiento y la flexibilización y fortalecimiento de las estructuras corporales implicadas”, señala el profesional.

Beneficios del yoga para los pacientes

El Yoga tiene múltiples beneficios para los pacientes. A nivel físico mejora el control motor, la flexibilización de las diferentes estructuras corporales, la optimización del rango de movimiento, el fortalecimiento de la musculatura estabilizadora y del suelo pélvico, la reeducación de los patrones alterados de movimiento, en resumen, los pacientes mejorarán la fuerza, el equilibrio, la flexibilidad y la percepción y conciencia corporal.

Por otra parte, y no por eso menos importante, también hay mejoras en la esfera de la salud mental, que tanta importancia cobró con la actual pandemia. “Dentro de estos beneficios en salud mental, podríamos citar: la disminución de los fenómenos de kinesiofobia, mejora del control del dolor, disminución del estrés gracias a la activación del Sistema Nervioso Parasimpático, mejora en la gestión de las emociones y, por lo tanto, en trastornos que cursen con depresión y/o ansiedad, mejora de la calidad del sueño”, apunta el investigador.

Por último, la práctica habitual de Yoga podría inducir mejoras en el sistema cardiovascular a través de su implicación en tres vías: Sistema Nervioso Autónomo, Sistema Endocrino y Sistema Inmune-antiinflamatorio.

Gran adherencia al tratamiento

El Yoga tiene cada vez más adeptos y practicantes en el país. En este sentido, la Fisioterapia está ayudando a ver esta forma de ejercicio terapéutico desde una perspectiva diferente a las creencias occidentales, “es por ello que la adherencia suele ser alta en programas específicos y diseñados para pacientes, así como en las clases grupales que se suelen ofertar en clínicas de fisioterapia gracias a fisioterapeutas formados en esta disciplina. Además, me gustaría destacar que no es sólo la adherencia de forma puntual al programa o terapia de Yoga, sino que se genera una adherencia a largo plazo que suele llevar asociada de forma intrínseca un estilo de vida más saludable en la persona”, cuenta Fernández.

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