El trompetista Manuel Blanco sube el telón en Turquía tras los terremotos en un concierto benéfico ante 2.300 personas

El trompetista Manuel Blanco sube el telón en Turquía tras los terremotos en un concierto benéfico ante 2.300 personas

El trompetista Manuel Blanco, (Daimiel, Ciudad Real), será el encargado de volver a subir el telón en materia cultural en la capital de Turquía tras los terremotos que ha sufrido el país en las últimas semanas, y protagonizará este jueves una cita benéfica ante más de 2.300 personas en el Zorlu Perfoming Arts Center de Estambul con más del 90% de entradas vendidas y con miras al ‘sold out’ para mañana.

Habiendo pasado por el Carnegie Hall de Nueva York, Chicago, Ámsterdam, Berlín, Roma, Milán y demás ciudades referentes, el trompetista de Daimiel (Ciudad Real), se subirá de nuevo a un escenario, esta vez para conmemorar a las víctimas de los terremotos de Turquía en un concierto que donará todas las ganancias a las necesidades de la zona afectada.

Tras su primer ensayo declara haber tenido un muy buen primer contacto con la Orquesta Filarmónica de Estambul de Borusan, la de más nivel de Turquía, y la directora del concierto Emilia Hoving, quien ha conseguido adaptarse a la versión de Blanco.

A pesar de conderar que siempre hay algo especial en cada concierto, para Manuel Blanco la cita en el Zorlu supondrá un mensaje de aliento a las familias que están sufriendo por los terremotos.

«SENTIMIENTO DE TRISTEZA»

Aunque apenas lleva unos días en la ciudad, afirma que en Turquía el sentimiento de tristeza está muy enraizado y que el país está muy volcado con la situación.

Él mismo asegura que en las últimas semanas habían cancelado todo tipo de espectáculos, por lo que la cita será la primera tras la catástrofe natural.

Consciente de su responsabilidad, el concierto para trompeta en mi mayor de Hummel será la nostálgica pieza elegida por el músico para «hacer desconectar a la gente de la mala situación que está viviendo».

«Tantas veces se ha dicho a lo largo de la historia que si a las personas en vez de darle armas les diéramos instrumentos, podríamos disfrutar de una paz mundial y viviríamos con mas armonía», ha expresado el trompetista tras la situación de Ucrania y Rusia La pandemia, el virus, los aislamientos, la guerra y los terremotos.

Situaciones que han hecho cambiar la mirada de Manuel Blanco, quien asegura que incluso vive su responsabilidad con más tensión tras el parón por la Covid, y que delega su forma de comunicarse con el público a través de su música, «el lenguaje más universal con el que existe la oportunidad de aportar un granito de esperanza y optimismo», ha declarado.

Una oportunidad que surgió en su presentación como solista en Viena para el ciclo de juventudes musicales austriacas junto al gerente de la orquesta y que nadie sabía que años más tarde se convertiría en una cita benéfica por el catastrófico terremoto.

Su tarea, confiesa, se centra en intentar disfrutar al máximo posible como intérprete e intentar que la gente que vaya al concierto pueda evadirse de la mala suerte y adentrarse en el mundo de la música que a cada uno nos genera una sensación distinta.

Además, junto a la directora de la orquesta ha adelantado que preparará una propina en forma de ‘bis’ que confiesa haberle hecho llorar alguna que otra vez.

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