Durante el pasado fin de semana, el Quijote Arena de Ciudad Real se convirtió en el centro neurálgico del Balonmano Inclusivo con la celebración del II Torneo Nacional de la modalidad. El encuentro, que tuvo una duración de dos días, llegó a su cierre el domingo con la ceremonia de entrega de medallas y placas conmemorativas a los equipos que tomaron parte.
La iniciativa, que surge de la colaboración entre los clubes de balonmano locales, Balonmano Alarcos y Balonmano Caserío, y el Ayuntamiento de Ciudad Real, contó con la participación activa de más de cuarenta jugadores entregados al juego en la pista.
El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Ciudad Real, Pau Beltrán, resaltó la integridad y el espíritu competitivo que mantuvieron todos los equipos hasta el final de los encuentros. Además, señaló la particularidad de este año, en la que se decidió que los jugadores pernoctaran en la localidad y se les ofreciera una comida el día de hoy antes de emprender el regreso a sus respectivos destinos.
Mar Jiménez, vicepresidenta del Club BM Alarcos, y Julián Amores, presidente del BM Caserío, hablaron del éxito que ha significado este torneo, no solo en cuanto a lo deportivo, sino en la riqueza emocional que han compartido con los jugadores. Ambos directivos hicieron hincapié en el intercambio mutuo de satisfacciones y emociones con los atletas durante el evento.
La jornada del domingo se desarrolló con el último encuentro triangular seguido por la entrega de distinciones a los equipos partícipes, entre ellos Balonmano Caserío Titanes, Balonmano Alarcos, Valladolid y Guadalajara. La asistencia al torneo ha sido sin coste, ofreciéndose la oportunidad a los asistentes de colaborar con Laborvalía y Fuensanta, asociaciones que tienen una participación activa en la realización del evento.
