Si algo nos está demostrando esta nueva y excepcional situación de pandemia, es que la adversidad nos hace trabajar más unidos y fuertes que nunca. Buscamos contribuir, en la medida de nuestras capacidades, a mejorar la situación o, por lo menos, a tratar de que no empeore. El coronavirus ha traído consigo no solo contagios, sino además una cascada de ideas e iniciativas loables que buscan el beneficio común; frente a la adversidad, agudizamos el ingenio. Al equipo de arquitectura valenciano Mano de Santo les vino el “eureka” después de comprobar las dificultades y cabriolas en algunos comercios para abrir puertas sin hacer que las manos entraran en contacto directo con las manillas.
En Mano de Santo se pusieron en marcha para buscar un atajo que solucionara este problema. Así surgió la propuesta de unos protectores que se incorporan a las manillas de las puertas, de forma que para abrirlas dejemos de usar las manos y empleemos el antebrazo o el codo. Su nombre; Hands Up. Se trata de un diseño con forma de acordeón que, con cartón y tijeras, cualquiera puede reproducir desde casa. Para ello, han compartido el proyecto en forma de código abierto, donde presentan la plantilla del diseño, acompañada de vídeos y croquis. Estos protectores que ahora podemos hacer en cartón podrán también fabricarse en otros materiales cuando el sistema productivo se normalice.
El objetivo, cuentan, es conseguir que esta idea pueda llegar al máximo número de personas posibles, sean del país que sean. “Se trata de un objeto especialmente pensado para el proceso de desescalada que estamos iniciando, pensado para cuidarnos y cuidar a los otros. Un pequeño gesto, una pequeña aportación que, en cambio, puede ayudar a mejorar la situación. Creemos que acciones como esta van a jugar un papel fundamental en este momento. Las manillas de las puertas, especialmente en hospitales y centros sanitarios, pero también en cualquier centro de trabajo, hotel, portal o comercio, son elementos que soportan un gran tránsito de personas, con el consiguiente contacto de muchas manos a lo largo del día. Si seguimos haciendo uso de ellos como hasta ahora, pueden convertirse en focos de contagio potencialmente peligrosos y, en consecuencia, favorecer el aumento en el número de casos”. Un ejemplo más de cómo el diseño busca mejorar el día a día de todos.
Con esta idea, este equipo de arquitectura valenciano no busca obtener beneficio económico alguno. “No queremos ganar nada con nuestro diseño. En este contexto nos sentíamos maniatados, y queríamos ser de utilidad creando algo que llegara al máximo número de gente posible y que pudiera lograr un impacto positivo. Además, sabíamos de la necesidad de diseñar algo que cualquiera pudiera reproducir con los recursos que tenemos a mano en estos momentos”, dicen desde Mano de Santo.
Cuentan que “estuvimos investigando y vimos que existía poca oferta de productos industrializados de este tipo a los que, dada la situación actual de la producción y la demanda, era difícil acceder. A nuestro parecer, abrir puertas con el codo o el antebrazo, sin hacer que las manos contacten con las superficies de las manillas, se ha convertido en una imperante necesidad en este contexto. Necesitábamos una solución inmediata, y Hands Up es el resultado”.
Sin embargo, en Mano de Santo no se cierran a que su diseño se reproduzca por empresas o talleres que lo puedan desarrollar y distribuir de forma muy ágil una vez retomen su actividad. “Nuestra propuesta es algo temporal y desechable, un atajo rápido que hemos tomado viendo la red de materiales y recursos de que disponemos”.
En la divulgación de este proyecto y dada la relación entre ambos equipos, colabora CTC Comunicación (antes Consuelo Torres Comunicación) para hacer llegar a la sociedad esta solución de forma desinteresada.
Un diseño ecofriendly para todos los públicos
La de Mano de Santo es una propuesta cien por cien do it yourself. Fácil, ecológica, y reutilizando materiales que todos podemos encontrar por casa. Para el diseño de Hands Up nos vale cualquier envase de cartón, desde la caja de unas galletas, unos cereales, un detergente, unas cervezas, a cajas de pedidos que estemos recibiendo en estos días.
El proceso de creación es más que sencillo. Dibujamos la plantilla sobre un trozo de cartón, recortamos los bordes y los agujeros por los que pasará la manilla de la puerta, y a continuación doblamos por los vértices señalados, obteniendo así la forma de un acordeón. Nada más. Aconsejan que, tras incorporar el diseño a la manilla, se coloque un elástico a modo de tope, para evitar su desplazamiento. Aquí encontraréis toda la información, paso a paso, para crear vuestro propio Hands Up.
Paso a paso de la creación del protector para manillas.
El prototipo actual tiene al cartón como protagonista, “no obstante, en el futuro, cuando otras industrias vuelvan a ponerse en marcha, creemos que también podría hacerse en otros materiales y que, incluso, puede personalizarse”, cuentan desde Mano de Santo. Solo ponen una condición: “queremos que, aquellas empresas que tomen la idea y la desarrollen, cedan un porcentaje de su producción a centros sanitarios, residencia de mayores, o cualquier otro espacio de servicio público”.
Mano de Santo quiere animar a todos aquellos que reproduzcan sus diseños a que lo compartan con ellos, etiquetándoles en sus redes sociales (Facebook, Instagram y LinkedIn).
Una idea que evidencia el cambio de paradigma
Esta idea, señalan desde el equipo, es solo un ejemplo y evidencia más de todos los cambios que están por venir. “De un día para otro, muchas de las cosas que nos eran cotidianas se han transformado completamente. Frente a este nuevo paradigma, todos tenemos trabajo que hacer.
Desde el mundo de la arquitectura y el diseño, nos va a tocar repensar algunos elementos, desde grandes a pequeños (como son las manillas de las puertas), para convertirlos en elementos seguros que eviten contagios. Debemos contribuir y aportar soluciones que ayuden a minimizar el impacto de esta terrible pandemia y eviten que otras se produzcan en el futuro”, dice este equipo valenciano. Por lo que ideas como estas, seguramente estén llegando para quedarse.
Mano de Santo es un equipo de arquitectura con base en Valencia, dirigido por Ana Gil, Francesc de Paula García y Francisco Miravete, que trabaja en el desarrollo de proyectos, la creación de espacios y el diseño de producto que siempre tratan de ir más allá. Conciben su trabajo como un proceso continuo de búsqueda, comprometiéndose en cada proyecto y dejándose envolver por su propósito y su significado.
Un proceso intrínseco basado en el equilibrio entre la creatividad y el conocimiento, la tecnología y la tradición, la razón y la emoción. Para llegar a las mejores soluciones, parten de la investigación y comprensión de las preferencias, cultura y comportamiento de las personas, adaptando sus procesos a cada reto para descubrir la perspectiva que realmente interesa a sus clientes. Sus diseños, siempre desde la innovación, les han valido reconocimientos nacionales e internacionales. Suyo es el prototipo de alojamiento flotante Punta de Mar que, hace algo más de un año, nos presentaban en el puerto de Denia.
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