Toledo, 28 de diciembre de 2017.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, planteará a lo largo del primer trimestre del año un total de cinco bases sobre las que construir un “posible” Pacto Nacional del Agua a medio y largo plazo, sobre el planteamiento global que ya tienen tanto el Parlamento como la Comisión Europea, órganos que “tienen asumido el fin del trasvase” Tajo-Segura.
Así lo ha avanzado el presidente regional durante el desayuno informativo que ha compartido este jueves en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno autonómico, con medio centenar de medios de comunicación.
“La batalla la tenemos ganada en Europa, pero no en Madrid”, ha subrayado García-Page, ya que el trasvase Tajo-Segura “significa la condena ecológica a una parte del país”, además de “ir contra todas las directivas y estrategias ambientales europeas”.
El presidente García-Page se ha mostrado optimista con los pasos que se irán dando en los próximos meses, con una “estrategia sostenida que no tiene brillantina o barniz pero que nos está beneficiando”, pero que convertirán a 2018 en el año en el que se pongan las bases para “encauzar el problema del agua”.
En este sentido, se ha referido a los contactos mantenidos con el actual presidente de la Región de Murcia y su antecesor, entre otros, y que hacen vislumbrar que “entre las autoridades murcianas y valencianas hay ganas de no depender monopolísticamente, de una manera absolutamente precaria, del hilo que significa el trasvase”. “Un hilo que no tiene aguante”, ha recalcado el presidente de Castilla-La Mancha.
Asimismo ha avanzado que el PSOE a nivel nacional se involucrará en esta problemática, incorporando la necesidad de alcanzar un Pacto Nacional del Agua que debe serlo también entre las comunidades autónomas y sobre el que ya existe una base de diálogo. Una necesidad compartida que, a juicio de García-Page, pone de manifiesto que el “cacareado” Memorándum promovido por María Dolores de Cospedal sólo fue una “engañifa y una enorme traición a los intereses del agua”.
Al hilo de estas declaraciones, el presidente del Gobierno regional ha lamentado que su antecesora en el cargo, aun siendo la presidenta regional que más poder ha tenido dentro de su partido, sin embargo “echó por tierra” los intereses de Castilla-La Mancha “con una enorme traición”.
Sobreexplotación del Alto Guadiana y el Tajo Medio
El presidente regional también se ha referido a la situación de sobreexplotación en la que se encuentran tanto el Tajo Medio como el Alto Guadiana y ha manifestado la necesidad de que en el debate a futuro sobre los recursos hídricos de España, se tomen en consideración los problemas de todos los ríos y no sólo los del Segura.
García-Page ha subrayado que tanto el Tajo como el Guadiana “son expoliados” a su paso por Castilla-La Mancha, recargándose posteriormente a su llegada a Extremadura, lo que deviene en que lleguen a Portugal “sin problemas de agua”, pareciendo así que el problema es sólo de una comunidad autónoma.
Sin embargo, el presidente regional ha expresado su preocupación por que, entre otros, la Comunidad de Madrid resuelva “problemas de depuración” que tienen, a su vez, reflejo en el estado en que llegan las aguas del Tajo a ciudades como Toledo o Talavera de la Reina.
En torno al Alto Guadiana, ha asegurado que el Gobierno regional ya ha arreglado la mitad de los pozos de la zona y que la titularidad de la restante se irá arreglando paulatinamente a futuro, cerrando así la “solución” a los pozos ilegales de esta demarcación.
El presidente de Castilla-La Mancha ha valorado asimismo el papel jugado por la región durante décadas a favor del equilibrio de los recursos hídricos del país. En este sentido se ha referido al posicionamiento de la comunidad autónoma contra la puesta en marcha de un segundo trasvase desde el Tajo Medio planteado hace una década, o la defensa del plan de desalinizadoras durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, entre otros.
En definitiva, un trabajo de fondo que ha conllevado que, a día de hoy, no haya “nuevas tuberías”, que se haya utilizado la infraestructura del trasvase Tajo-Segura para beneficiar a zonas de la propia Castilla-La Mancha que lo necesitan, además de fomentar la necesidad de un debate nacional sobre el agua y de que se hayan garantizado alternativas de abastecimiento para las regiones del Levante.