En un paso decisivo hacia el resurgimiento de la aviación supersónica, el presidente Donald J. Trump firmó un decreto ejecutivo que busca posicionar a Estados Unidos como líder mundial en este ámbito. Este movimiento representa un cambio significativo en un sector que, durante décadas, ha enfrentado regulaciones que han limitado su progreso.
Desde la abolición de las restricciones en vuelos supersónicos sobre tierra, que antes restringían a las aeronaves a volar a velocidades supersónicas solo sobre áreas oceánicas, la administración Trump se propone simplificar la regulación que ha mantenido a la industria en un estado de inercia. El nuevo decreto ordena a la Administración Federal de Aviación (FAA) la creación de un estándar de certificación basado en el ruido para aeronaves supersónicas que tome en cuenta la aceptabilidad comunitaria y la viabilidad económica.
El enfoque del presidente se encuentra a la vanguardia de un esfuerzo nacional para revitalizar la industria aeroespacial estadounidense. «Durante más de cincuenta años, las regulaciones obsoletas han asfixiado el avance de la aviación supersónica», afirmó Trump, añadiendo que los desarrollos recientes en ingeniería aeronáutica y reducción de ruido hacen que los vuelos supersónicos no solo sean viables, sino también seguros y sostenibles.
Este nuevo impulso también se traduce en la colaboración con empresas estadounidenses, que ya han iniciado contratos gubernamentales y acuerdos con aerolíneas comerciales como United Airlines y American Airlines. Estas empresas han mostrado interés en incorporar aviones supersónicos a sus flotas, lo que promete hacer que los viajes aéreos sean considerablemente más rápidos.
Con la firma de este decreto, Trump también ha subrayado su compromiso con el avance tecnológico del país. En un marco más amplio, la administración ha establecido varias órdenes ejecutivas que priorizan la innovación, incluyendo iniciativas para fortalecer la supremacía de Estados Unidos en inteligencia artificial y tecnologías nucleares, así como esfuerzos para desregular el sector y estimular el crecimiento económico.
De esta manera, el presidente no solo busca un avance en el sector de la aviación, sino también reafirmar la posición de Estados Unidos como motor de innovación en una era donde la competencia global es intensa. Con esta estrategia, la administración Trump espera que el país no solo recupere su liderazgo en el vuelo supersónico, sino que también establezca un nuevo estándar en la industria aeroespacial mundial. La promesa de un nuevo comienzo en la aviación ya se encuentra en el aire, a la espera de ser materializada.
Fuente: WhiteHouse.gov