El pasado jueves, el Parlamento Europeo emitió una enérgica condena contra Bielorrusia debido a lo que describió como una campaña en escalada de ataques híbridos coordinados que tienen como objetivo a Lituania y a la Unión Europea en su conjunto. Esta declaración resalta la creciente preocupación de los legisladores europeos frente a las acciones del régimen bielorruso, que han sido calificadas como un desafío directo a la estabilidad y seguridad de la región.
El Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento examinó el asunto con detenimiento, haciendo un llamado a todos los Estados miembros de la UE para reforzar su unidad y coordinar esfuerzos en la defensa de sus fronteras exteriores. La amenaza percibida por Bielorrusia se enmarca en un contexto más amplio de tensiones geopolíticas, donde la utilización de tácticas no convencionales por parte de Minsk busca socavar la cohesión del bloque europeo.
Los ataques híbridos, un término que aglutina operaciones cibernéticas, desinformación y otras formas de agresión que no alcanzan el umbral de un conflicto bélico abierto, se han convertido en una herramienta recurrente para presionar a la UE. En particular, Lituania ha señalado un aumento en los flujos migratorios irregulares que la atraviesan como uno de los métodos empleados por Bielorrusia para desestabilizar al país báltico y, por extensión, al resto de la unión.
El Parlamento Europeo ha instado a la comunidad internacional a tomar una postura firme y unificada, condenando estas prácticas que atentan contra la integridad y soberanía de los países miembros. En su discurso, los eurodiputados destacaron la importancia de fortalecer el marco de cooperación interna para la detección temprana de amenazas híbridas, así como la implementación de medidas disuasorias efectivas.
Este llamado de atención se produce en un momento crítico para la UE, que enfrenta diversos retos tanto internos como externos. La solidaridad entre los países europeos, enfatizan los legisladores, es esencial para contrarrestar las tácticas desestabilizadoras y garantizar la protección de los valores y principios que sustentan la Unión.
Mientras tanto, el gobierno de Bielorrusia no ha emitido una respuesta oficial a las acusaciones del Parlamento Europeo. Sin embargo, las tensiones continúan en aumento, y los observadores advierten sobre la posibilidad de que esta confrontación desemboque en una crisis aún mayor que requiera la intervención diplomática de alto nivel para su resolución.
Nota de prensa UE
















