El Gobierno de Castilla-La Mancha se ha comprometido en materia tributaria a no incrementar la presión fiscal a lo largo de esta legislatura, cumpliendo con el compromiso adquirido con los agentes sociales, así como a reclamar en el ámbito de la negociación del futuro modelo de financiación autonómica una armonización fiscal a nivel nacional para evitar la competencia desleal entre las comunidades autónomas.
El consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, así lo ha detallado hoy en el debate general sobre presión fiscal que se ha producido en las Cortes regionales.
En ese ámbito, Ruiz Molina ha recordado que en la anterior legislatura, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se comprometió con los agentes sociales a congelar la presión fiscal, un compromiso que ha cumplido y que se mantiene también para esta segunda legislatura al frente del Gobierno regional.
Además, durante esa anterior etapa se sustituyó una política tributaria regresiva en la región por otra progresiva, “eliminando las tasas de la vergüenza que había impuesto el anterior Ejecutivo autonómico y consiguiendo, por ejemplo, que solo las herencias muy altas tengan que pagar impuestos en Castilla-La Mancha”, ha explicado Ruiz Molina.
Para la presente legislatura, el titular de Hacienda y Administraciones Públicas ha subrayado que se mantendrá el compromiso de congelar la presión fiscal, como se ha hecho ya con los Presupuestos Generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para 2020.
Sobre este asunto Ruiz Molina ha añadido que si el resultado de la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica fuera muy satisfactorio se estudiaría la posibilidad de rebajar algunas figuras tributarias.
En el transcurso del debate general, Ruiz Molina también ha explicado que, en materia tributaria, “el Gobierno regional peleará a lo largo de esta legislatura por una armonización fiscal a fin de evitar la competencia desleal entre unas Comunidades Autónomas y otras”.