El Gobierno de Castilla-La Mancha demanda mejoras en la aplicación de la nueva Política Agraria Común
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha expresado su preocupación por la aplicación de la nueva Política Agraria Común (PAC) y ha demandado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) mejoras en diversos aspectos. La viceconsejera de Política Agraria Común y Política Agroambiental, Gracia Canales, ha destacado la necesidad de aminorar la carga administrativa, implementar algunos ecorregímenes y buscar flexibilidad para las zonas afectadas por la sequía.
En una reunión del órgano de coordinación del Plan Estratégico de la PAC, la viceconsejera manifestó la importancia de reducir la carga administrativa para facilitar las gestiones al sector y mejorar la eficiencia administrativa. Además, resaltó la necesidad de mejorar la implementación de algunos ecorregímenes, como las cubiertas vegetales, que se ven afectadas por la baja pluviometría en la región.
Canales también hizo hincapié en la importancia de revisar la carga ganadera en los ecorregímenes relacionados con la ganadería, debido a la escasez de pastos en la región. Asimismo, pidió al Ministerio de Agricultura la complicidad necesaria para justificar ante la Comisión Europea la flexibilización de los ecorregímenes en las zonas afectadas por la sequía.
A pesar de las demandas de mejoras, la viceconsejera hizo una valoración muy positiva del primer año de aplicación de la PAC en la región. Destacó que Castilla-La Mancha se ha beneficiado en objetivos tanto económicos como ambientales. En cuanto al objetivo económico, se ha cumplido el porcentaje de ayuda a los agricultores y ganaderos. En términos ambientales, el 81 por ciento de los agricultores y ganaderos se han acogido a la medida voluntaria de los ecorregímenes.
Canales también valoró positivamente el pago redistributivo, que considera necesario y beneficioso para la región, ya que permite llegar a más beneficiarios teniendo en cuenta el tamaño de las explotaciones en la zona.
Finalmente, la viceconsejera reconoció las dificultades en la aplicación de la nueva PAC, destacando que ha supuesto un cambio de paradigma en la agricultura y ganadería, afectado por la crisis climática y las sequías. A pesar de ello, manifestó la disposición del Gobierno de Castilla-La Mancha para trabajar en conjunto con el Ministerio de Agricultura en la búsqueda de soluciones que beneficien a todos los implicados en el sector agrario.