El Comité de Emergencia se ha activado con el objetivo de recaudar fondos para ayudar a la población que se encuentra sufriendo las graves consecuencias de una crisis de hambre sin precedentes. Según las cifras, casi 50 millones de personas viven en niveles de hambre aguda, y 8 millones de niños y niñas corren el riesgo de morir en algunos de los 15 países más afectados por la inseguridad alimentaria.
Las causas del hambre son diversas, y entre ellas se encuentra la crisis climática. El Cuerno de África está sufriendo la peor sequía en más de 30 años, lo que ha llevado a que muchas familias tomen medidas desesperadas para sobrevivir. Además, las fuertes inundaciones han destruido hogares y han añadido más presión a las comunidades de pastores y horticultores.
La crisis de la COVID-19 también ha contribuido a agravar la situación de precariedad en la que viven las regiones más pobres. Las restricciones impuestas para contener la enfermedad han dificultado el acceso a alimentos de millones de personas que viven al día en África. Además, la pandemia ha afectado al mercado y al transporte de mercancías, lo que ha encarecido el precio de los alimentos.
Los conflictos armados también han contribuido a esta crisis. Muchas personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y de alimento. Los precios mundiales de los alimentos se han visto afectados por el conflicto en Ucrania, lo que ha afectado aún más a países como Líbano, Somalia, Etiopía y Sudán, que dependen en gran medida de sus importaciones.
Ante esta situación, el Comité de Emergencia compuesto por las ONG Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision ha unido fuerzas para canalizar la ayuda de todas aquellas personas dispuestas a contribuir a aliviar la situación de las víctimas de la crisis del hambre. Además, hacen hincapié en la necesidad de un liderazgo internacional y voluntad política para abordar las causas profundas del hambre y ofrecer soluciones sostenibles.
Cada una de estas ONG trabaja de manera específica para combatir el hambre y la desnutrición en diferentes países y regiones afectadas. Por ejemplo, los equipos de Médicos del Mundo trabajan en el Noreste de Siria, Haití, Centroamérica y la región del Sahel, fortaleciendo las capacidades del personal sanitario para detectar, tratar y derivar los casos de desnutrición en niños y niñas menores de cinco años.
Por su parte, World Vision se centra en dotar a las familias y comunidades de soluciones a largo plazo que mejoren la resiliencia y generen opciones cuando las cosechas fallan y el agua escasea. Realizan proyectos como cultivos resistentes a la sequía, ayuda en efectivo que estimula la economía local, formación para iniciar nuevos negocios y desarrollo de resiliencia en los niños y niñas.
Oxfam Intermón trabaja en programas que integran agua, saneamiento y alimentos, en alianza con organizaciones de los países afectados. Además, ofrece programas de formación agrícola y construcción de infraestructuras para fortalecer la resiliencia de las personas afectadas por la sequía.
Educo, por su parte, trabaja en la región del Sahel para mejorar las condiciones de vida de la infancia y garantizar el derecho a la alimentación y a la educación. Entre las acciones que llevan a cabo se encuentra el acceso a comedores escolares y la implementación de huertos comunitarios y escolares para combatir la desnutrición.
Finalmente, Aldeas Infantiles SOS trabaja tanto en el Cuerno de África como en el Sahel, ofreciendo estrategias inmediatas y a medio y largo plazo. Priorizan las intervenciones vitales para satisfacer las necesidades básicas de niños, niñas y sus familias, y también apoyan a las comunidades para que sean más resistentes al cambio climático.
Ante esta grave crisis, es fundamental la colaboración de todas las personas dispuestas a contribuir. Se pueden realizar donaciones a través de transferencias bancarias, llamadas telefónicas, sitio web y mensajes de texto. La ayuda del Comité de Emergencia y sus ONG miembros es imprescindible para asegurar y proteger a las personas afectadas por la crisis del hambre.
