El concepto de slow travel, que promueve viajar de manera relajada, profunda y sostenible, está ganando popularidad en España. Este enfoque turístico se distancia de las visitas rápidas y superficiales, buscando una conexión más genuina con la cultura local, el uso de medios de transporte menos contaminantes y el apoyo a negocios regionales. Esta tendencia no solo enriquece la experiencia del viajero, sino que también contribuye a la economía local y disminuye el impacto ambiental, según Íñigo Pérez, Director de la División de Turismo de la consultora Catenon.
En 2023, el turismo en España supuso un 12,8% del PIB y generó el 9,3% del empleo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Dentro de este sector, las estadías prolongadas ayudan a reducir la presión de turistas en destinos saturados como Barcelona o las Islas Baleares, al tiempo que distribuyen mejor los ingresos en áreas menos exploradas. Campañas como #SlowTravelSpain están promoviendo rutas alternativas y actividades de bajo impacto como el senderismo o el uso del tren, destacando un modelo de turismo más responsable.
El auge del slow travel está generando nuevas oportunidades laborales en diversas áreas. La demanda de especialistas en sostenibilidad, expertos en tecnología y digitalización, profesionales del marketing turístico y consultores de turismo responsable está en aumento. Estos perfiles son esenciales para desarrollar estrategias responsables, mejorar la personalización y eficiencia en la gestión turística, y maximizar los beneficios locales mientras se minimizan los impactos negativos.
Íñigo Pérez señala que esta transformación en el sector turístico redefine la demanda de talento. La digitalización y la sostenibilidad se han convertido en pilares fundamentales, permitiendo gestionar mejor los flujos de turistas, optimizar la logística de transporte y mejorar las estrategias de marketing. Según datos del Instituto de Turismo Responsable y estudios sectoriales como el informe 2024 del ITR, la combinación de tecnología y digitalización no solo enriquece la experiencia del viajero, sino que también mejora la gestión turística, reduciendo el impacto ambiental y promoviendo la sostenibilidad a largo plazo.
El slow travel encuentra sus raíces en el movimiento «slow food» de Carlo Petrini, iniciado en 1989, y ha evolucionado hasta convertirse en un estilo de vida. Esta tendencia global continúa expandiéndose, con España posicionándose cada vez más como un referente en turismo sostenible y responsable.