El 40% de españoles no se plantea comprar un coche eléctrico

Durante las últimas semanas y fruto de la crisis de la COVID-19, las ventas de vehículos se han desplomado –solo el mes pasado se vendieron un 72,7% menos de turismos y todoterrenos–. Y si bien la situación es preocupante para todos los fabricantes –automóviles, motocicletas, etcétera– lo cierto es que el sector de los eléctricos es uno de los grandes perjudicados. En este análisis podemos ver la situación en profundidad.

El 40% no se plantea comprar un coche eléctrico

Así y según los datos de Acierto.com, 2 de cada 5 españoles no está dispuesto a gastar más en un coche que contamine menos. ¿El resultado? La venta de eléctricos supone menos del 1% del mercado español. El precio, la ausencia de puntos de recarga, la autonomía… Son algunas de las principales razones. Pero vayamos por partes.

Para empezar, hasta el 92% de los consumidores que apuestan por los automóviles eléctricos no llega a amortizar su inversión sin las ayudas del Estado. Se calcula que es necesario recorrer hasta 220.000 kilómetros -de uso combinado durante los 11 años de vida útil que suelen tener- para recuperar el mayor precio de compra. Aquí hay que añadir que España se encuentra a la cola de Europa en puntos de recarga para coches eléctricos –cuenta con unos escasos 7.606–.

Por otra parte, el precio de los seguros a todo riesgo sin franquicia para los automóviles eléctricos puede ser hasta un 28% superior a sus homólogos de gasolina, aunque, poco a poco, se están equiparando. Esta diferencia podría justificarse en que los seguros de coche de los eléctricos no solo contemplan servicios destinados a responder a los problemas «típicos» de los coches, sino que también incluyen coberturas específicas.

Se trata de coches habitualmente más caros, algo directamente relacionado con el coste de las reparaciones, también superior; igual que las baterías y los cables de carga. Mapfre, Zurich Seguros, Línea Directa y Catalana Occidente son algunas de las aseguradoras que cuentan con este producto. En todo caso, conviene revisar las condiciones de las pólizas y comparar entre las distintas opciones, sobre todo cuestiones como la asistencia en carretera y desde el kilómetro 0, pues estos vehículos suelen tener todavía una autonomía limitada.

En definitiva: en la decisión de compra priman el precio del propio vehículo y la amortización de las ayudas del Estado. En cualquier caso, el próximo martes se prevé que el gobierno active un nuevo Plan MOVES de 65 millones de euros para ayudar a la venta de vehículos eléctricos.

También cabe comentar que los coches eléctricos tienen su propio público, según datos extraídos de las comparativas de seguros de Acierto.com. Al volante de este tipo de coches encontramos a conductores que se encuentran alrededor de los 43 años y mayoritariamente urbanos. Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla son las ciudades en las que más predominan.

Razones para reducir la contaminación en tiempos de coronavirus

No podemos olvidar que reducir los niveles de contaminación es también una cuestión de salud. De hecho y en tiempos de coronavirus, los últimos informes parecen indicar que la incidencia del COVID-19 es mayor en ciudades altamente contaminadas. Las primeras hipótesis apuntan a una mayor vulnerabilidad respiratoria en aquellos que llevan expuestos a la polución durante más tiempo.

No obstante, la pandemia ha generado la mayor caída de emisiones de CO2 a la atmósfera de la historia. La reducción del tráfico –que ha llegado a disminuir un 80%–, de los vuelos –en Europa se han cancelado el 90%– y la paralización de la industria han sido las principales causas. Algo que refleja que el cambio tiene carácter temporal pero que invita a la reflexión. Lo mismo ocurre con el uso de la bicicleta, que se ha disparado de manera exponencial.

Por otra parte y tal y como recuerda el comparador Acierto.com, hasta el 20% de aquellos que se desplazaban en transporte público al trabajo, con la nueva normalidad elegirán el vehículo privado, presumiblemente y en su gran mayoría, el coche. Y que como resultado de la crisis del coronavirus habrá un aumento de peligrosos residuos médicos que deberán gestionarse de forma adecuada.

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